Año de Nuestro Señor de 1191. En Tierra Santa ha comenzado la Tercera Cruzada. Ricardo Corazón de León trata de arrebatar la ciudad santa de Jerusalén al sultán Saladino.
El joven Marc d’Artois, hijo de un caballero cristiano pero educado en Egipto, debe unirse al ejército cruzado. Tras sobrevivir a la batalla de Arsuf, descubre que su padre ha desaparecido cuando investigaba una conjura para matar al rey Ricardo. Éste le explica que necesita hombres que puedan hacerse pasar por musulmanes para poder espiar en territorio enemigo. Marc es el candidato ideal para llevar a cabo esa misión.
El padre de Marc es hallado agonizando y presa de la locura cerca del Krak de los Caballeros. No puede dar detalles de lo ocurrido, pero sí unas advertencias siniestras, que nada aclaran salvo una cosa: había estado en contacto con un amigo suyo, un rico mercader de Damasco. Marc decide seguir los pasos de su padre, y jura que hará justicia con los responsables de su atroz muerte.
Sin embargo, Marc no es tan buen espía como cree, y es capturado por los hombres de Saladino. Pronto descubrirá que no sólo hay una conjura para matar al rey Ricardo, sino también para acabar con el sultán. Deberá formar equipo con los hombres de confianza de Saladino, y seguirán pistas confusas, que hablan de mercaderes, alquimistas y un grupo de conspiradores desconocidos, de Damasco hasta Bagdad, Basora… Sin embargo, alguien se les adelanta siempre, matando a los alquimistas de una forma horrible, inhumana. Y no sólo eso: sabe quiénes son Marc y sus compañeros, y está decidido a acabar con ellos.
Entre Marc y los hombres de Saladino se forja una auténtica amistad, fruto de la aventura que viven en común para salvar a sus respectivos monarcas. Marc, además, se enamora de la hija del mercader cuya caravana les sirve de tapadera. Por desgracia para él, la tragedia y la muerte le acechan. Sin poderlo evitar, para salvar a dos reyes y castigar a los asesinos de su padre tendrá que entrar en un lugar que hasta los más valientes temen: el territorio de los asesinos. Y deberá hacerlo solo.
El joven Marc d’Artois, hijo de un caballero cristiano pero educado en Egipto, debe unirse al ejército cruzado. Tras sobrevivir a la batalla de Arsuf, descubre que su padre ha desaparecido cuando investigaba una conjura para matar al rey Ricardo. Éste le explica que necesita hombres que puedan hacerse pasar por musulmanes para poder espiar en territorio enemigo. Marc es el candidato ideal para llevar a cabo esa misión.
El padre de Marc es hallado agonizando y presa de la locura cerca del Krak de los Caballeros. No puede dar detalles de lo ocurrido, pero sí unas advertencias siniestras, que nada aclaran salvo una cosa: había estado en contacto con un amigo suyo, un rico mercader de Damasco. Marc decide seguir los pasos de su padre, y jura que hará justicia con los responsables de su atroz muerte.
Sin embargo, Marc no es tan buen espía como cree, y es capturado por los hombres de Saladino. Pronto descubrirá que no sólo hay una conjura para matar al rey Ricardo, sino también para acabar con el sultán. Deberá formar equipo con los hombres de confianza de Saladino, y seguirán pistas confusas, que hablan de mercaderes, alquimistas y un grupo de conspiradores desconocidos, de Damasco hasta Bagdad, Basora… Sin embargo, alguien se les adelanta siempre, matando a los alquimistas de una forma horrible, inhumana. Y no sólo eso: sabe quiénes son Marc y sus compañeros, y está decidido a acabar con ellos.
Entre Marc y los hombres de Saladino se forja una auténtica amistad, fruto de la aventura que viven en común para salvar a sus respectivos monarcas. Marc, además, se enamora de la hija del mercader cuya caravana les sirve de tapadera. Por desgracia para él, la tragedia y la muerte le acechan. Sin poderlo evitar, para salvar a dos reyes y castigar a los asesinos de su padre tendrá que entrar en un lugar que hasta los más valientes temen: el territorio de los asesinos. Y deberá hacerlo solo.