Antonio Capmany Surís y de Montpaláu (en catalán, Antoni de Capmany de Montpalau i de Surís) (Barcelona, 24 de noviembre de 1742 - Cádiz, 14 de noviembre de 1813) fue un militar, filósofo, historiador, economista y político español. Fue diputado en las Cortes de Cádiz.
Estudió Lógica y Humanidades en el Colegio Episcopal de Barcelona antes de ingresar en el ejército, concretamente en el Regimiento de Dragones de Mérida a los 18 años. Tras abandonar la milicia donde fue subteniente del regimiento de las tropas ligeras de Cataluña, habiendo participado en la guerra contra Portugal en 1762, volvió a la vida civil en 1770, dedicándose fundamentalmente al estudio de la historia y de la literatura. Colaborador de Pablo de Olavide en el proyecto ilustrado de traer familias centroeuropeas para repoblar Sierra Morena, en 1770 publicó su gran obra en cuatro volúmenes, Historia del comercio y las artes de la antigua Barcelona. Por ésta época se encargó de la reorganización del Archivo del Real Patrimonio de Cataluña. Fue miembro de la Real Academia de la Historia en 1776, siendo nombrado secretario perpetuo en 1790. Se enfrentó en polémica a Jovellanos y Campomanes defendiendo la pervivencia de los gremios.
Fue un gran estudioso de la legua española, con publicaciones como Discursos analíticos sobre la formación de las lenguas (1776), Filosofía de la elocuencia (1777) y Teatro histórico-crítico de la elocuencia castellana (entre 1786 y 1794). Además dijo que el catalán era una lengua muerta para república de las letras, que era anticuada, plebeya y desconocida hasta para los propios catalanes.
Durante los gobiernos de Godoy se mantuvo al margen de la actividad oficial, mostrando su recelo hacia las nuevas ideas que venían de Francia, por lo que veía en las viejas tradiciones el mejor medio de combatirlas. En 1808, al comenzar la Guerra de la Independencia, en su publicación El Centinela contra los franceses incitaba a los españoles a una lucha a muerte contra Napoleón, al que consideraba la Anti-España. Se refugió en Cádiz donde dirigió la Gaceta de la Regencia de España e Indias que se publicaba en vez de la Gaceta de Madrid.
Estudió Lógica y Humanidades en el Colegio Episcopal de Barcelona antes de ingresar en el ejército, concretamente en el Regimiento de Dragones de Mérida a los 18 años. Tras abandonar la milicia donde fue subteniente del regimiento de las tropas ligeras de Cataluña, habiendo participado en la guerra contra Portugal en 1762, volvió a la vida civil en 1770, dedicándose fundamentalmente al estudio de la historia y de la literatura. Colaborador de Pablo de Olavide en el proyecto ilustrado de traer familias centroeuropeas para repoblar Sierra Morena, en 1770 publicó su gran obra en cuatro volúmenes, Historia del comercio y las artes de la antigua Barcelona. Por ésta época se encargó de la reorganización del Archivo del Real Patrimonio de Cataluña. Fue miembro de la Real Academia de la Historia en 1776, siendo nombrado secretario perpetuo en 1790. Se enfrentó en polémica a Jovellanos y Campomanes defendiendo la pervivencia de los gremios.
Fue un gran estudioso de la legua española, con publicaciones como Discursos analíticos sobre la formación de las lenguas (1776), Filosofía de la elocuencia (1777) y Teatro histórico-crítico de la elocuencia castellana (entre 1786 y 1794). Además dijo que el catalán era una lengua muerta para república de las letras, que era anticuada, plebeya y desconocida hasta para los propios catalanes.
Durante los gobiernos de Godoy se mantuvo al margen de la actividad oficial, mostrando su recelo hacia las nuevas ideas que venían de Francia, por lo que veía en las viejas tradiciones el mejor medio de combatirlas. En 1808, al comenzar la Guerra de la Independencia, en su publicación El Centinela contra los franceses incitaba a los españoles a una lucha a muerte contra Napoleón, al que consideraba la Anti-España. Se refugió en Cádiz donde dirigió la Gaceta de la Regencia de España e Indias que se publicaba en vez de la Gaceta de Madrid.