Culpable de quererte
Maisey Yates
Ella compartió su cama… Llevaba a su heredero en el vientre… ¡Y se convirtió en su esposa!
Quizá fuera el padre de Charity Wyatt quien robó a Rocco Amari, el magnate, pero fue Charity quien tuvo que pagar por ello.
A Charity le habría bastado con entregar su virginidad para pagar la deuda, pero la noche apasionada que pasó con el enigmático italiano tuvo consecuencias inesperadas.
Decidida a que su hijo tuviera una infancia mejor de la que ella tuvo, Charity le pidió a Rocco que la ayudara económicamente. Sin embargo, Rocco tenía otros planes en mente: ¡legitimar a su heredero convirtiendo a Charity en su esposa!
El sabor del pecado
Maggie Cox
¡Seducir a aquella belleza distante iba a ser el mayor reto de su vida!
La reputación del seductor e implacable empresario Gene Bonnaire lo precedía. Pero Rose ya había conocido a tipos como él y estaba decidida a no dejarse embaucar de ninguna manera.
Sin embargo, el carismático Gene siempre conseguía lo que quería y, en ese momento, su propósito era comprar la tienda de Rose para poner uno de sus restaurantes de lujo… y llevársela a la cama. Rose no podía negarse a su generosa oferta de compra…
Una noche… nueve meses
Cathy Williams
No les quedaba más remedio que encontrar un modo de afrontar su incierto futuro y de reprimir el mutuo deseo que se encendió aquella primera y ardiente noche…
Sergio Burzi se sintió intrigado cuando una mujer deslumbrante se sentó sin ser invitada a su mesa en un exclusivo restaurante de Londres alegando que estaba huyendo de una cita a ciegas. La inocente y cándida ilustradora Susie Sadler no se parecía nada a las mujeres con las que estaba acostumbrado a salir, pero la repentina e incontenible necesidad que experimentó de estar con ella, aunque solo fuera una noche, resultó abrumadora.
Pero tomar lo que uno desea siempre tiene sus repercusiones, y el mundo de Sergio se vio totalmente desestabilizado cuando Susie le comunicó que estaba embarazada.
Lo que desea una mujer
Susan Stephens
Si pudiera no jugarse el corazón…
El conde Roman Quisvada era el playboy italiano por antonomasia. Por eso, cuando la circunspecta Eva Skavanga se presentó en su isla del Mediterráneo con una propuesta empresarial, a Roman le interesó mucho más el placer que podía proporcionarle su boca.
Él no era el tipo de hombre que una virgen elegiría para estrenarse, pero Eva, que era un chicazo, estaba empezando a disfrutar con sus atenciones, hacían que se sintiera como una mujer de verdad. Quizá Roman pudiera ayudarla, y no solo a garantizar la continuidad de la mina de diamantes familiar.