Más dulce que la venganza
Maya Blake
Él encontró algo mucho más dulce que la venganza.
Carla Nardozzi, campeona de patinaje artístico, había perdido la virginidad con el aristócrata Javier Santino. Afectada por una tragedia familiar, se entregó a una apasionada noche de amor. Pero, a la mañana siguiente, se asustó y huyó a toda prisa.
Tres años después, las circunstancias la obligaron a pedirle ayuda. Javier, que no había olvidado lo sucedido, aprovechó la ocasión para vengarse de ella: si quería salvar su casa y su estilo de vida, tendría que convertirse en su amante.
Frágil belleza
Annie West
Una belleza frágil domó a la fiera que él llevaba dentro…
El implacable Raffaele Petri necesitaba a Lily, una solitaria investigadora, para poder llevar a cabo sus planes de venganza, pero ella era una mujer combativa y demasiado intrigante.
Lily, cuyo rostro había quedado marcado por una cicatriz cuando era adolescente, había decidido esconderse de las miradas crueles y curiosas, por lo que trabajar para un hombre tan impresionante físicamente hacía que sus propias imperfecciones físicas fuesen todavía más difíciles de llevar. Hasta que los besos de Raffaele despertaron a la mujer que tenía dentro.
¿Estaba él dispuesto a arriesgar su venganza por el amor de Lily?
Fantasía prohibida
Maisey Yates
Poseo tu empresa. Te poseo a ti.
Cada vez que Elle St. James miraba a aquel hombre que había considerado de su familia, se enfurecía. Apollo Savas había destruido la empresa de su padre de forma despiadada, pero ella aún mantenía el último pedazo.
Elle estaba decidida a detener a su hermanastro, que además de ser su peor enemigo también era su fantasía sexual. Aunque prohibido, su deseo era mutuo y dio lugar a una noche ilícita de placer que dejó a Elle con consecuencias para toda la vida.
Había quedado atada a Apollo para siempre. ¿Nueve meses sería tiempo suficiente para que Elle perdonara a ese griego avasallador?
Bajo las estrellas del desierto
Susan Stephens
Tendría que tomar la decisión más complicada de su vida.
El jeque Shazim Al Q’Aqabi se quedó espantado al descubrir que la mujer que haría realidad el sueño de su hermano difunto era la bailarina de striptease que había conocido en Londres.
Sin embargo, para el gobernante inflexible, el fuerte carácter de Isla Sinclair era como un vaso de agua fría en el desierto. La única amante que había tenido Shazim durante toda su vida había sido el deber. En ese momento, estaba planteándose una forma mucho más placentera de pasar las noches bajo las estrellas de desierto.
Sin embargo, dejarse llevar por el deseo con esa mujer tan inadecuada era comparable a una traición.