Desde los territorios de los juegos infantiles a los espacios del aprendizaje del adolescente, desde las pequeñas cosas al reconocimiento de los que fueron sus maestros en Canarias, el autor teje en este libro un retablo del tiempo en las Islas que va desde su niñez (nació en Santa Cruz en 1947) a 1971, año en que marcha a Madrid. Este relato autobiográfico contiene lo mismo viajes por las Islas, ante cuyos paisajes se demora con primor literario, que anécdotas, retratos, homenajes o reflexiones en torno al ambiente cultural y social que le tocó vivir en los años sesenta. En estos Paisajes de la memoria sitúa a la gente con la que convivió: personas anónimas, sencillas, familiares, o personajes relevantes de nuestra vida cultural. Los espacios y la gente que determinaron la educación sentimental del autor en su infancia y primera juventud aparecen en este viaje por el recuerdo desde la mirada del niño espía que fue y la del adulto que ahora escribe. Se trata de un libro muy ameno por lo que tiene de descripción de una época, escrito además con la elegancia formal que caracteriza a Delgado y con la misma voluntad de estilo que posee toda su obra narrativa y poética.
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