Volumen 2 de la Serie Cortar y Correr
La secuela de Cortar y Correr
Seis meses después de casi perder la vida ante un asesino en serie de Nueva York, los agentes especiales del FBI Ty Grady y Zane Garrett, van a pasar por algo todavía más escalofriante: la monotonía del trabajo de oficina. Cuando se les ordena marcharse de vacaciones por el bienestar mental de todo el mundo, Ty toma el toro por los cuernos y lleva a Zane a su casa, en el Oeste de Virginia, esperando que el silencio y la paz de las montañas les dé la oportunidad de explorar la atracción explosiva que, por el momento, han sido incapaces de reconciliar con su asociación profesional.
Ty y Zane, junto con el padre y el hermano de Ty, suben los montes Apalaches para realizar una relajante y agradable ruta en la profundidad de los bosques... donde nadie puede oírles gritar. Se encontrarán a sí mismos encarando el peligro que les llega desde todas direcciones: el clima impredecible, las implacables montañas, los animales salvajes, otros senderistas con nada que perder, y el reto más peligroso de todos: enfrentarse el uno al otro.
La secuela de Cortar y Correr
Seis meses después de casi perder la vida ante un asesino en serie de Nueva York, los agentes especiales del FBI Ty Grady y Zane Garrett, van a pasar por algo todavía más escalofriante: la monotonía del trabajo de oficina. Cuando se les ordena marcharse de vacaciones por el bienestar mental de todo el mundo, Ty toma el toro por los cuernos y lleva a Zane a su casa, en el Oeste de Virginia, esperando que el silencio y la paz de las montañas les dé la oportunidad de explorar la atracción explosiva que, por el momento, han sido incapaces de reconciliar con su asociación profesional.
Ty y Zane, junto con el padre y el hermano de Ty, suben los montes Apalaches para realizar una relajante y agradable ruta en la profundidad de los bosques... donde nadie puede oírles gritar. Se encontrarán a sí mismos encarando el peligro que les llega desde todas direcciones: el clima impredecible, las implacables montañas, los animales salvajes, otros senderistas con nada que perder, y el reto más peligroso de todos: enfrentarse el uno al otro.