Este retrato de una revolución tiene carácter dramático, los sucesos de 1848 se muestran de un modo plástico, en escenas vivaces inspiradas en la biografía y la obra de Baudelaire, en la novela de Flaubert, 'La educación sentimental', y en la reflexión y el relato en directo de aquellas jornadas del por entonces diputado Alexis de Tocqueville, a través de fragmentos extraídos de su obra 'Recuerdos de la revolución de 1848'. Obra que supone al mismo tiempo el análisis más certero de aquellos acontecimientos y su narración mas fidedigna al participar su autor de manera destacada en ellos. La participación inicial de un joven Baudelaire en el campo de los insurgentes, su desvío posterior, la modernidad que anuncia, se plasman en la relación con su amante mulata Jeanne Duval, en la buhardilla que comparten, mediante recreaciones de sus poemas en verso o en prosa y de las “confesiones” anotadas en 'Mi corazón al desnudo'. Las escenas callejeras tomadas de 'La educación sentimental', la evolución de sus personajes agrupados en torno a Frederick y su amante Rosanette durante aquel año tan intenso, nos permiten asistir a la “historia viva”, con las opiniones y pasiones de la gente común, tan magistralmente descrita en esta novela de Flaubert, estudiante en París por entonces. El empleado Dussardier, la feminista Vatnaz, el comunista Senecal, el cínico periodista Hussonet, se muestran al natural, con sus diversas actitudes, en vivos diálogos. Escenas de grupo que contrastan con las íntimas de Baudelaire y su amante y las de Tocqueville y su esposa, Mary Mottley. Tocqueville escribió sus 'Recuerdos…' pocos años después, durante una estancia en Sorrento, y la evocación de los acontecimientos revolucionarios, en un soliloquio intermitente que acompaña el curso de la acción, se aligera con la participación de su esposa y la atmósfera relajada de unas vacaciones. Tocqueville con su estilo racional, Baudelaire con el suyo visionario, resultan los polos opuestos y atrayentes que aseguran la tensión de este drama, mediado tras cada escena por la historia encarnada en los personajes de Flaubert.
Las ochenta páginas en que se desarrolla todo esto corresponden a unos noventa minutos de función. Invito a los lectores a imaginarla, en vivo y en directo, en tanto no podamos verla y, más allá del impacto de la imaginación, a prestar atención a la palabra de estos grandes autores, de los que puede extraerse el conocimiento, la sabiduría que tanta falta nos hace en estos tiempos.
Las ochenta páginas en que se desarrolla todo esto corresponden a unos noventa minutos de función. Invito a los lectores a imaginarla, en vivo y en directo, en tanto no podamos verla y, más allá del impacto de la imaginación, a prestar atención a la palabra de estos grandes autores, de los que puede extraerse el conocimiento, la sabiduría que tanta falta nos hace en estos tiempos.