patadas a la luna quiere homenajear, si es que es posible, a tod@s los poetas que tarde o temprano desfilaron por la recién desaparecida Granja de Gavà, en la calle Joaquín Costa, lugar de reunión de rapsodas sin gracia, versátiles monstruos de la palabra, recojedores humanos de pocamonta y todo aquello susceptible de presentarse voluntario para formar parte de un cubo de basura, entre plástico y cables y, sin embargo, con la cabeza bien alta. Este libreto es un minúsculo compendio de todas y cada una de las veces que durante 17 largos años los ahí presentes intentaron de algún modo robar la luna. Evidentemente, sin éxito. La luna sigue ahí, en la noche, en el cielo, esperando relevo.
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.