El joven Pelayo se ve obligado a abandonar su hogar para evitar morir en manos de Witiza, rey de los godos, que ha asesinado a Favila, padre de Pelayo, y que pretende hacer lo mismo con el resto de su familia.
Tras vivir años refugiado en la tribu astur del jefe Otur, Pelayo regresa a Toledo, donde acaba siendo nombrado jefe de la guardia personal de don Rodrigo, el nuevo rey, tras la muerte de Witiza.
Pero desde el sur, guerreros de otras tierras, otra raza y otra religión deciden invadir España. En la batalla de Guadalete, las tropas de don Rodrigo caen frente a los invasores, y Pelayo asiste a la caída del reino visigodo y al nacimiento de la España musulmana.
A partir de ese momento, su vida dará un giro, y Pelayo iniciará el regreso a su añorada Asturias, donde, bajo el signo de la Cruz de la Victoria, se convertirá en líder de la Reconquista de España, y en el primer rey de la monarquía asturiana.
Tras vivir años refugiado en la tribu astur del jefe Otur, Pelayo regresa a Toledo, donde acaba siendo nombrado jefe de la guardia personal de don Rodrigo, el nuevo rey, tras la muerte de Witiza.
Pero desde el sur, guerreros de otras tierras, otra raza y otra religión deciden invadir España. En la batalla de Guadalete, las tropas de don Rodrigo caen frente a los invasores, y Pelayo asiste a la caída del reino visigodo y al nacimiento de la España musulmana.
A partir de ese momento, su vida dará un giro, y Pelayo iniciará el regreso a su añorada Asturias, donde, bajo el signo de la Cruz de la Victoria, se convertirá en líder de la Reconquista de España, y en el primer rey de la monarquía asturiana.