EL P. LUIS COLOMA nació el 9 de enero de 1851 en Jerez de la Frontera (Cádiz). Su padre era un médico de renombre. A los doce años ingresa en la escuela naval de San Fernando, pero no continuará por esa vía pues, a su debido tiempo, integrará la facultad de derecho. Frecuenta entonces la buena sociedad e incluso interviene en intrigas políticas. Colabora en periódicos como “El tiempo”, de Madrid, y “El porvenir”, de Jerez.
En 1872, en circunstancias poco claras, es herido de bala y se halla a punto de perder la vida, hecho que, con toda probabilidad, desencadenó una crisis mística que lo resolvió a entrar en la Compañía de Jesús y a ordenarse en 1874. Consagrará tres años a su formación espiritual y al estudio en Francia, pasados los cuales regresa a España y se dedica a la enseñanza en diversos colegios de la orden.
Políticamente fue un conservador, quizá influido por la ya anciana Fernán Caballero, con quien mantuvo una relación de amistad. Pardo Bazán escribe de él: “se pasó la flor de sus mocedades metido de cabeza en las intrigas restauradoras, en las conjuras aristocráticas, siendo de los agentes más activos y resueltos entre los que preparaban la vuelta al trono del hijo de Isabel II.”
“Pequeñeces” (1891) levantó un gran revuelo debido a la crudeza con que lacera a la clase política y en buena parte debido también a que se había divulgado la sospecha de que, tras los nombres ficticios de los personajes, se ocultaban otros bien reales. La marquesa de Villasis representa el ideal político, religioso y moral al que aspira Coloma. También cabe notar una discreta apología de la Compañía de Jesús.
En 1872, en circunstancias poco claras, es herido de bala y se halla a punto de perder la vida, hecho que, con toda probabilidad, desencadenó una crisis mística que lo resolvió a entrar en la Compañía de Jesús y a ordenarse en 1874. Consagrará tres años a su formación espiritual y al estudio en Francia, pasados los cuales regresa a España y se dedica a la enseñanza en diversos colegios de la orden.
Políticamente fue un conservador, quizá influido por la ya anciana Fernán Caballero, con quien mantuvo una relación de amistad. Pardo Bazán escribe de él: “se pasó la flor de sus mocedades metido de cabeza en las intrigas restauradoras, en las conjuras aristocráticas, siendo de los agentes más activos y resueltos entre los que preparaban la vuelta al trono del hijo de Isabel II.”
“Pequeñeces” (1891) levantó un gran revuelo debido a la crudeza con que lacera a la clase política y en buena parte debido también a que se había divulgado la sospecha de que, tras los nombres ficticios de los personajes, se ocultaban otros bien reales. La marquesa de Villasis representa el ideal político, religioso y moral al que aspira Coloma. También cabe notar una discreta apología de la Compañía de Jesús.