¿Cuáles son los antecedentes más remotos del arte de predecir cómo va a proceder una persona? ¿Quiénes fueron los primeros que vieron lo importante que esto es?
Tal vez los antecedentes más remotos lo tengamos en «El Arte de la Guerra» de Sun Tzu, quien fue el primero que dijo «conoce a tu enemigo» y en Anibal, el gran enemigo de Roma, cuando el aplicó justamente el conocimiento que tenía sobre los comandantes romanos para ganar la batalla de Cannas en el 216 A.C. En esa ocasión Anibal estudio a los comandantes enemigos, los cuales se turnaban, un día cada uno, el mando de un poderoso ejército de 90,000 hombres. Anibal sabía que Varrón, uno de los comandantes, era impulsivo, así que escogió pelear en contra de él. El ejército romano fue casi aniquilado. Casi todos los oficiales y 50,000 romanos murieron en pocas horas.
Sí uno ve la película Patton, sobre el general norteamericano George Patton, héroe de la 2° Guerra Mundial, uno podrá observar a un oficial alemán encargado de estudiar a Patton y predecir lo que va a hacer. De esa manera el oficial alemán define a Patton como un hombre extravagante, carismático, severo, perseverante, romántico (como Don Quijote), quien basaba sus exitosas estrategias en las historias de guerras antiguas, y creía ser las reencarnaciones de un mariscal de Napoleón y de un guerrero cartaginés. Es impresionante como este oficial consiguió predecir con mucha exactitud exactamente lo que Patton iba a hacer.
Sí uno ve la película «A la Caza del Octubre rojo» también puede apreciar a un agente de la CIA que es capaz de predecir lo que el Comandante del submarino soviético va a hacer exactamente.
Luego, avanzando en el tiempo, vemos como todo ese conocimiento se vuelca del campo militar al campo policial, para esto tenemos un buen representante en los agentes del Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI por sus siglas en inglés) específicamente en la Unidad de Análisis Conductual (BAU) de dicho Buró, el cual ayuda a los departamentos policiales locales a través de la creación de perfiles psicológicos. Los agentes que trabajan en esta unidad tienen gran experiencia trabajando con crímenes violentos y un grado avanzado en ciencia forense o ciencia conductual. Esta unidad busca a los criminales que han caído en lo más obscuro de su alma. Esta unidad es la crema de la crema. Lo más elite del ya de por sí especializado servicio que presta el Federal Bureau Investigation en Estados Unidos.
Lo conforman, si acaso, 30 individuos (de los 12 mil hombres y mujeres que trabajan en el FBI) entrenados especialmente para «leerles» la mente a los más despiadados criminales antes de que reincidan con un siguiente atentado, una violación o un asesinato. La Unidad de Análisis se ha encargado de hacer los perfiles de las mentes criminales, más torcidas y sofisticadas de los Estados Unidos. Esta Unidad abordada el crimen desde ese otro lado donde no hay laboratorios ni forenses, pero sí un alto grado de análisis de la psique del ser humano.
El hacer un profile es como un rompecabezas en el cual se humaniza a la gente, incluyendo al mismo criminal, dándole sentido al por qué alguien puede hacer una cosa tan loca y malvada. Los miembros de esta unidad entran en la mente del criminal. Se trata de comprender por qué, psicológicamente, se comete un crimen; pero, además, está esa tensión que se genera al saber que hay una víctima que debe ser salvada en un determinado período de tiempo.
De eso trata este libro de lo último que la ciencia está encontrando, que ayuda a perfilar a una persona, información sobre la conducta de las personas: desde la influencia que ahora ejercen sobre nosotros los Smartphones, nuestro modo de caminar, el porque nos gustan las cosas que nos gustan, hasta las diferencias que existen sobre cómo piensa un hombre y una mujer y de cómo reaccionamos de modo diferente según el sexo o el hecho de ser primogénitos, incluso como nuestro rostro puede decir algo sobre nosotros.
Tal vez los antecedentes más remotos lo tengamos en «El Arte de la Guerra» de Sun Tzu, quien fue el primero que dijo «conoce a tu enemigo» y en Anibal, el gran enemigo de Roma, cuando el aplicó justamente el conocimiento que tenía sobre los comandantes romanos para ganar la batalla de Cannas en el 216 A.C. En esa ocasión Anibal estudio a los comandantes enemigos, los cuales se turnaban, un día cada uno, el mando de un poderoso ejército de 90,000 hombres. Anibal sabía que Varrón, uno de los comandantes, era impulsivo, así que escogió pelear en contra de él. El ejército romano fue casi aniquilado. Casi todos los oficiales y 50,000 romanos murieron en pocas horas.
Sí uno ve la película Patton, sobre el general norteamericano George Patton, héroe de la 2° Guerra Mundial, uno podrá observar a un oficial alemán encargado de estudiar a Patton y predecir lo que va a hacer. De esa manera el oficial alemán define a Patton como un hombre extravagante, carismático, severo, perseverante, romántico (como Don Quijote), quien basaba sus exitosas estrategias en las historias de guerras antiguas, y creía ser las reencarnaciones de un mariscal de Napoleón y de un guerrero cartaginés. Es impresionante como este oficial consiguió predecir con mucha exactitud exactamente lo que Patton iba a hacer.
Sí uno ve la película «A la Caza del Octubre rojo» también puede apreciar a un agente de la CIA que es capaz de predecir lo que el Comandante del submarino soviético va a hacer exactamente.
Luego, avanzando en el tiempo, vemos como todo ese conocimiento se vuelca del campo militar al campo policial, para esto tenemos un buen representante en los agentes del Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI por sus siglas en inglés) específicamente en la Unidad de Análisis Conductual (BAU) de dicho Buró, el cual ayuda a los departamentos policiales locales a través de la creación de perfiles psicológicos. Los agentes que trabajan en esta unidad tienen gran experiencia trabajando con crímenes violentos y un grado avanzado en ciencia forense o ciencia conductual. Esta unidad busca a los criminales que han caído en lo más obscuro de su alma. Esta unidad es la crema de la crema. Lo más elite del ya de por sí especializado servicio que presta el Federal Bureau Investigation en Estados Unidos.
Lo conforman, si acaso, 30 individuos (de los 12 mil hombres y mujeres que trabajan en el FBI) entrenados especialmente para «leerles» la mente a los más despiadados criminales antes de que reincidan con un siguiente atentado, una violación o un asesinato. La Unidad de Análisis se ha encargado de hacer los perfiles de las mentes criminales, más torcidas y sofisticadas de los Estados Unidos. Esta Unidad abordada el crimen desde ese otro lado donde no hay laboratorios ni forenses, pero sí un alto grado de análisis de la psique del ser humano.
El hacer un profile es como un rompecabezas en el cual se humaniza a la gente, incluyendo al mismo criminal, dándole sentido al por qué alguien puede hacer una cosa tan loca y malvada. Los miembros de esta unidad entran en la mente del criminal. Se trata de comprender por qué, psicológicamente, se comete un crimen; pero, además, está esa tensión que se genera al saber que hay una víctima que debe ser salvada en un determinado período de tiempo.
De eso trata este libro de lo último que la ciencia está encontrando, que ayuda a perfilar a una persona, información sobre la conducta de las personas: desde la influencia que ahora ejercen sobre nosotros los Smartphones, nuestro modo de caminar, el porque nos gustan las cosas que nos gustan, hasta las diferencias que existen sobre cómo piensa un hombre y una mujer y de cómo reaccionamos de modo diferente según el sexo o el hecho de ser primogénitos, incluso como nuestro rostro puede decir algo sobre nosotros.