Más de 1050 periodistas asesinados y desaparecidos (unos 22,8 casos al año) hicieron de América Latina el escenario más peligroso del mundo para el ejercicio profesional, entre 1970 y 2015, incluso en países sin guerras oficialmente aceptadas.
Desde las dictaduras hasta el narcopoder, desde México y el Caribe hasta el Cono Sur, ningún otro libro entrega una radiografía tan profunda sobre este problema; un mal ya endémico que exige solución urgente; de no resolverse, las sociedades latinoamericanas —junto con la libertad de prensa— perderán todos los derechos por los que han luchado.
Con una bibliografía exhaustiva y un análisis tan riguroso como aterrador, Bernardo Díaz Nosty nos muestra cómo la crisis de justicia produce impunidad y perpetúa la ley del terror.
«Antes de llegar al asesinato, suele producirse el acoso sobre el periodista y sus familiares, las agresiones físicas, la estigmatización, las extorsiones… Todo ello conduce a la quiebra de la independencia profesional, a la renuncia de la actividad periodística, al exilio, cuando no a la claudicación y a la entrega a las condiciones que establece el enemigo».
"El asesinato de periodistas constituye la más grave violación del derecho a la libertad de expresión". —OEA
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