"Picadura mortal", de Lourdes Ortiz, tiene un valor añadido a su componente literario, y es que fue la primera novela “negra” escrita en castellano por una mujer (allá por 1979) y asimismo tiene como protagonista a una detective, en concreto Bárbara Arenas. Empleada en una agencia de investigaciones, Arenas ha sido contratada para esclarecer la desaparición de un importante industrial, cacique en una isla de aspecto idílico. Como en las mejores novelas policíacas, pronto descubrirá el lector que debajo de esa naturaleza exuberante y paradisíaca, y debajo del refinamiento y el buen gusto que aparenta la familia del industrial, se esconde todo un magma de bajas pasiones, mentiras y asuntos sucios. Se respira un ambiente enrarecido por momentos.
Con agilidad y desparpajo, sobre todo en la descripción de los tipos con los que se encuentra la detective, y a través de los cuales se traza un relato vívido, y vivaz, de la época en que se escribió, "Picadura mortal" es una novela “negra” de la mejor especie, con independencia del género de la autora o la protagonista. Una novela que aúna caracteres psicológicos bien definidos, problemas sociológicos inteligentemente planteados, y una prosa hábil y entretenida.
Con agilidad y desparpajo, sobre todo en la descripción de los tipos con los que se encuentra la detective, y a través de los cuales se traza un relato vívido, y vivaz, de la época en que se escribió, "Picadura mortal" es una novela “negra” de la mejor especie, con independencia del género de la autora o la protagonista. Una novela que aúna caracteres psicológicos bien definidos, problemas sociológicos inteligentemente planteados, y una prosa hábil y entretenida.