"Si te gusta la adrenalina ¡Hazte simpapeles!"
El protagonista de esta novela nos lleva al Buenos Aires del estallido de la gran crisis argentina cuando, entre revueltas, conoce a Elina, una joven que está a punto de emigrar a Europa y con quien tiene una aventura de una noche. Atosigado de literatura de autoayuda, a su lado sufre un delirio místico en el que cree recibir algo parecido a una revelación. De un día para otro renuncia a su empleo y vuela a Europa tras ella, en un arrebato que más que amor parece una excusa desesperada.
Sin dinero ni trabajo, en Marbella se someterá a la yerma existencia que en Europa llevan los llamados “simpapeles”. Signado por la exclusión, se sumergirá en esa sociedad paralela que en la costa integra a la “carne inmigrante” dentro de la industria del espectáculo. Allí entrecruzará su camino con una camarera filipina, una apátrida rusa, una argentina víctima de trata, una polaca bailarina a gogó y el hijo de un narcotraficante. Junto a ellos tendrá que adaptarse a vivir en un ambiente regido por el lavado de dinero y la prostitución. Pero no pasará por todas estas penurias buscando una vida mejor, sino todo lo contrario. Está convencido de que, al sobrellevar las condiciones extremas que sufren los simpapeles, hallará el Satori del que hablan los taoístas. Cree que, al vivir la existencia de un extranjero marginal, encontrará el camino directo a la iluminación.
El protagonista de esta novela nos lleva al Buenos Aires del estallido de la gran crisis argentina cuando, entre revueltas, conoce a Elina, una joven que está a punto de emigrar a Europa y con quien tiene una aventura de una noche. Atosigado de literatura de autoayuda, a su lado sufre un delirio místico en el que cree recibir algo parecido a una revelación. De un día para otro renuncia a su empleo y vuela a Europa tras ella, en un arrebato que más que amor parece una excusa desesperada.
Sin dinero ni trabajo, en Marbella se someterá a la yerma existencia que en Europa llevan los llamados “simpapeles”. Signado por la exclusión, se sumergirá en esa sociedad paralela que en la costa integra a la “carne inmigrante” dentro de la industria del espectáculo. Allí entrecruzará su camino con una camarera filipina, una apátrida rusa, una argentina víctima de trata, una polaca bailarina a gogó y el hijo de un narcotraficante. Junto a ellos tendrá que adaptarse a vivir en un ambiente regido por el lavado de dinero y la prostitución. Pero no pasará por todas estas penurias buscando una vida mejor, sino todo lo contrario. Está convencido de que, al sobrellevar las condiciones extremas que sufren los simpapeles, hallará el Satori del que hablan los taoístas. Cree que, al vivir la existencia de un extranjero marginal, encontrará el camino directo a la iluminación.