Un planeta puede ser colonizado de diferentes maneras. Los planetas con civilizaciones avanzadas pueden sumarse a la civilización colonizadora. Pero los planetas más hostiles se pueden dedicar a planeta-prisión. Allí se destinan los espíritus de los condenados, a sufrir el destierro durante todas las vidas que les esperan. Allí sufrirán por los delitos que cometieron, y su padecimiento será seguido y monitorizado por los celadores, los trabajadores de la prisión, que actúan desde una órbita segura. Sin embargo, la vida de todos ellos va a sufrir un cambio radical. Tras un hecho oculto, impredecible e inesperado que marcará un nuevo destino para el planeta.
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