Finalmente en español, esta obra del chileno Juanico di Salvo, residente en Brasil, reúne los dos primeros volúmenes de su serie “Penso, logo Complico”. Crítico, de mira aguzada, Juanico versa sobre temas variados, entre los cuales: comportamiento, religión, sociedad, ciencia y política. Una invitación para reír y reflexionar, con un estilo de humor que oscila entre lo sutil e lo hilarante.
El autor consigue mostrar su visión de mundo de forma cómica, mas sin perder la profundidad ni el espíritu. En monólogos como "Discurso de Paraninfo" y "El Último Sermón del Padre Bartolo" sus argumentos e explicaciones originales nos propician una fuerte densidad de risas e carcajadas.
La obra contiene varios capítulos con frases e comentarios breves. En "Corto y Claro", por ejemplo, o autor se permite revisar Sigmund Freud, al enunciar, “EL HOMBRE SIEMPRE SE MUEVE EN EL SENTIDO DE PLACER. Y MIENTRAS MÁS SE APROXIMA, MÁS SE MUEVE”. Luego desvía el pensamiento de Bertolt Brecht para: “HAY HOMBRES QUE PASAN UN AÑO SIN TRABAJAR. SON LOS DESEMPLEADOS; HAY HOMBRES QUE PASAN DOS AÑOS SIN TRABAJAR. SON LOS SINVERGÜENZAS; HAY HOMBRES QUE CONSIGUEN PERMANECER CUATRO AÑOS SIN TRABAJAR. SON LOS CANDIDATOS NATURALES A LA REELECCIÓN.”
Entre los proverbios del libro encontramos: “La mejor defensa es el ataque por la espalda”; "La curiosidad remueve montañas de ignorancia"; "Nunca es tarde para quien quiere, verdaderamente, llegar atrasado"; o todavía, "No creo en brujas. ¡Son todas unas mentirosas!".
De sus diálogos breves, en el capítulo “Oiga las Conversas”, extrajimos algunos para aguzar el apetito del lector:
Escena de tribunal: – ¿Conoce bien a la acusada? – No, meritísimo, yo soy el marido.
Otra, del cotidiano de la política latinoamericana: Dijo el diputado, – La legislatura es la ruta para la ley. Vale preguntarle: – ¿Pero precisaban de un peaje tan alto?
Martín Lutero decía: “La razón es la prostituta del diablo”. Y decía esto inflado de razón.
El autor elabora su humor aprovechando tanto las líneas como las entrelíneas del texto. Algo notable en este género de tan difícil elaboración.
Cuando investigamos más sobre la personalidad de Juanico, descubrimos que él se ve como “Un escéptico, pero siempre con un pié atrás”, que puede agregar: “Puedo definirme como un hombre que detesta definiciones”.
Una obra para un público exigente en materia de humor con calidad.
El autor consigue mostrar su visión de mundo de forma cómica, mas sin perder la profundidad ni el espíritu. En monólogos como "Discurso de Paraninfo" y "El Último Sermón del Padre Bartolo" sus argumentos e explicaciones originales nos propician una fuerte densidad de risas e carcajadas.
La obra contiene varios capítulos con frases e comentarios breves. En "Corto y Claro", por ejemplo, o autor se permite revisar Sigmund Freud, al enunciar, “EL HOMBRE SIEMPRE SE MUEVE EN EL SENTIDO DE PLACER. Y MIENTRAS MÁS SE APROXIMA, MÁS SE MUEVE”. Luego desvía el pensamiento de Bertolt Brecht para: “HAY HOMBRES QUE PASAN UN AÑO SIN TRABAJAR. SON LOS DESEMPLEADOS; HAY HOMBRES QUE PASAN DOS AÑOS SIN TRABAJAR. SON LOS SINVERGÜENZAS; HAY HOMBRES QUE CONSIGUEN PERMANECER CUATRO AÑOS SIN TRABAJAR. SON LOS CANDIDATOS NATURALES A LA REELECCIÓN.”
Entre los proverbios del libro encontramos: “La mejor defensa es el ataque por la espalda”; "La curiosidad remueve montañas de ignorancia"; "Nunca es tarde para quien quiere, verdaderamente, llegar atrasado"; o todavía, "No creo en brujas. ¡Son todas unas mentirosas!".
De sus diálogos breves, en el capítulo “Oiga las Conversas”, extrajimos algunos para aguzar el apetito del lector:
Escena de tribunal: – ¿Conoce bien a la acusada? – No, meritísimo, yo soy el marido.
Otra, del cotidiano de la política latinoamericana: Dijo el diputado, – La legislatura es la ruta para la ley. Vale preguntarle: – ¿Pero precisaban de un peaje tan alto?
Martín Lutero decía: “La razón es la prostituta del diablo”. Y decía esto inflado de razón.
El autor elabora su humor aprovechando tanto las líneas como las entrelíneas del texto. Algo notable en este género de tan difícil elaboración.
Cuando investigamos más sobre la personalidad de Juanico, descubrimos que él se ve como “Un escéptico, pero siempre con un pié atrás”, que puede agregar: “Puedo definirme como un hombre que detesta definiciones”.
Una obra para un público exigente en materia de humor con calidad.