Descripción:
PIJAMAS VERDES Y BATAS BLANCAS EN LA CLÍNICA
Gustavo Montes es un cirujano con experiencia que, de una familia de médicos, recuerda lo que fue la medicina de su abuelo, la de su padre y la suya propia a los largo del tiempo. Y lo hace alternando el pasado, cuando era estudiante de medicina, con el presente cuando ya ha alcanzado un alto nivel y es jefe en una clínica.
Desde el inicio de su profesión ha tenido claras la netas diferencia entre la forma de ver y ejercer la profesión entre los Médicos Clínicos [las batas blancas] y los Cirujanos [los pijamas verdes].
Tiene claro que ambos son necesarios, aunque es igualmente diáfano en su óptica, que delante de ellos se muestran dos mundos muy diferentes. El clínico que se mueve en un mundo en el que el tiempo se desliza más lento y relajado que la vida en la que se mueven los cirujanos. Tiene claro que los tratamientos de los clínicos son largos en una gran mayoría de pacientes, sobre todo en los crónicos, que pueden convertirse en tratamiento de meses, de años e incluso hacerse interminables.
Por el contrario, los cirujanos y sus pacientes tienen otro tiempo vital. Hay casi siempre un componente de urgencia que atender, y tras la operación, salvo excepcionales salvedades, el paciente curado, marcha a su casa en días, y se olvida de lo que tuvo y por lo que fue intervenido.
La novela refiere el avance de la medicina y la cirugía, en el transcurso de unos años, desde que Gustavo, situado en la mitad de sus estudios en un hospital universitario, como alumno interno, hasta que adulto, es Jefe de Servicio de Cirugía en una importante clínica.
Pacientes, intervenciones, conflictos, y la vida de médicos, enfermeras, todos al servicio de los pacientes y su familia, muestran lo que podemos llamar el "Gran teatro de la vida", en la que penetramos en el escenario de clínicas, quirófanos y su parafernalia, así como el transfondo de situaciones no siempre predecibles, sean positivas o negativas, pero que pacientes y médicos se ven obligados a ver a ambos lados de una delgada línea roja, división que, en algunos casos, separan la muerte y la vida, si bien, casi siempre prevalece la vida gracias a los conocimientos, habilidad y capacidad de sacrificio de los profesionales de la medicina y de todo el personal sanitario que hay en el entorno del paciente.
PIJAMAS VERDES Y BATAS BLANCAS EN LA CLÍNICA
Gustavo Montes es un cirujano con experiencia que, de una familia de médicos, recuerda lo que fue la medicina de su abuelo, la de su padre y la suya propia a los largo del tiempo. Y lo hace alternando el pasado, cuando era estudiante de medicina, con el presente cuando ya ha alcanzado un alto nivel y es jefe en una clínica.
Desde el inicio de su profesión ha tenido claras la netas diferencia entre la forma de ver y ejercer la profesión entre los Médicos Clínicos [las batas blancas] y los Cirujanos [los pijamas verdes].
Tiene claro que ambos son necesarios, aunque es igualmente diáfano en su óptica, que delante de ellos se muestran dos mundos muy diferentes. El clínico que se mueve en un mundo en el que el tiempo se desliza más lento y relajado que la vida en la que se mueven los cirujanos. Tiene claro que los tratamientos de los clínicos son largos en una gran mayoría de pacientes, sobre todo en los crónicos, que pueden convertirse en tratamiento de meses, de años e incluso hacerse interminables.
Por el contrario, los cirujanos y sus pacientes tienen otro tiempo vital. Hay casi siempre un componente de urgencia que atender, y tras la operación, salvo excepcionales salvedades, el paciente curado, marcha a su casa en días, y se olvida de lo que tuvo y por lo que fue intervenido.
La novela refiere el avance de la medicina y la cirugía, en el transcurso de unos años, desde que Gustavo, situado en la mitad de sus estudios en un hospital universitario, como alumno interno, hasta que adulto, es Jefe de Servicio de Cirugía en una importante clínica.
Pacientes, intervenciones, conflictos, y la vida de médicos, enfermeras, todos al servicio de los pacientes y su familia, muestran lo que podemos llamar el "Gran teatro de la vida", en la que penetramos en el escenario de clínicas, quirófanos y su parafernalia, así como el transfondo de situaciones no siempre predecibles, sean positivas o negativas, pero que pacientes y médicos se ven obligados a ver a ambos lados de una delgada línea roja, división que, en algunos casos, separan la muerte y la vida, si bien, casi siempre prevalece la vida gracias a los conocimientos, habilidad y capacidad de sacrificio de los profesionales de la medicina y de todo el personal sanitario que hay en el entorno del paciente.