Reunimos en este libro cinco espléndidos relatos de los padres de la ciencia ficción rusa, desconocidos en lengua española. «Entre la vida y la muerte» (1892) de Alekséi N. Apujtin plantea el dilema de la conciencia enfrentada a la muerte y recrea una inquietante experiencia de déjà vu. «En otro planeta» (1896) de Porfiri P. Infántiev relata un asombroso viaje a Marte. De Valeri Y. Briúsov recogemos dos intensas visiones apocalípticas: en «La Montaña de la Estrella» (1899), un explorador errante descubre una extrañísima y cruel civilización de origen marciano asentada en un desierto africano; «La República de la Cruz del Sur» (1904-1905) anticipa tanto la dictadura del proletariado como las historias de zombis en la crónica de una epidemia de locura en una próspera república fundada en el Polo Sur. Por último, «El misterio de las paredes» (1906) de Serguéi R. Mintslov gira en torno a un aparato que permite ver y oír lo ocurrido hace siglos entre las paredes de un edificio.
Alekséi Nikoláievich Apujtin (1840-1893), hijo de noble, íntimo amigo de Chaikovski, estudió Derecho y fue funcionario del Ministerio del Interior en San Petersburgo. Su relato «Entre la vida y la muerte» (1892) es atípico dentro de su producción literaria.
Porfiri Pávlovich Infántiev (1860-1913), hijo de un sacerdote de la iglesia ortodoxa, participó en los movimientos estudiantiles revolucionarios y llegó a ser encarcelado. Fue etnógrafo y periodista. «En otro planeta» (1896), mutilado por la censura, es el primer ejemplo de ciencia ficción rusa localizado en Marte.
Valeri Yákovlevich Briúsov (1873-1924), nacido en una familia de comerciantes de ideas revolucionarias, fue un hombre de letras polifacético y uno de los fundadores del simbolismo ruso. «La Montaña de la Estrella» (1899) y «La República de la Cruz del Sur» (1904-1905) revelan su faceta más visionaria y apocalíptica.
Serguéi Rúdolfovich Mintslov (1870-1933), nacido en una culta familia de origen lituano, trabajó en el Instituto de Arqueología de Nizhegorodosk, para cuya biblioteca recopiló volúmenes en toda Rusia. Publicó relatos autobiográficos y novelas históricas, y algún cuento de ciencia ficción como «El misterio de las paredes» (1906).