A veces en la vida, uno encuentra personas que con pocas palabras le muestran el otro lado de la vida, una mirada diferente de los sentimientos, un verso plagado de sentimientos vagos; una ola de buen gusto que te deja en el paladar el deseo de dar algo más, de ser más que una sombra en este caminar, más que pronombre a pronunciar, más que un deseo hecho realidad.
En ese momento del tiempo que te das cuenta que no eres más un simple y por mortal y por más vueltas que le quieras dar, solamente encuentras una respuesta a tú pensar…hay alguien más a quién hay que darle el merito por estar en dónde tienes que estar. Sí, en ese instante, que descubres que el canto más hermoso del alma es de dedicado a ese ser que siempre ha estado a tu lado y se vuelve tan importante como el simple respirar, ese ser omnipresente que es el dueño de tu despertar, de tu caminar y de tu existir.
En ese momento del tiempo que te das cuenta que no eres más un simple y por mortal y por más vueltas que le quieras dar, solamente encuentras una respuesta a tú pensar…hay alguien más a quién hay que darle el merito por estar en dónde tienes que estar. Sí, en ese instante, que descubres que el canto más hermoso del alma es de dedicado a ese ser que siempre ha estado a tu lado y se vuelve tan importante como el simple respirar, ese ser omnipresente que es el dueño de tu despertar, de tu caminar y de tu existir.