Universalmente reconocido como uno de los mayores poetas del siglo XX, Rainer Maria Rilke es asimismo autor de varios poemarios escritos en francés. Vivió en París unos diez años, y, a partir de 1921, se estableció en el cantón suizo del Valais; su primer libro francés data de 1924. En esos años, la lengua francesa pasó de herramienta utilitaria a medio de expresión poética. Rilke sintió, sin duda, los riesgos de escribir en otra lengua para expresar “un vago más o menos que zozobra / o peor aún: el vallado que excluye”, como escribió en Vergers.
Los poemas franceses de Rilke son, sin embargo, de una pureza cristalina; en ellos, la forma, simple y regular, es el molde perfecto en que se ponen en evidencia la profundidad del pensamiento y la absoluta maestría del autor. Son composiciones muy cortas, en general, en las que unos pocos versos bastan, con sus reflexiones filosóficas y su intuición sensual, para definir imágenes de una incuestionable originalidad. El presente volumen de Ediciones De La Mirándola contiene, en edición bilingüe, los poemas del Poèmes et dédicaces.
Los poemas franceses de Rilke son, sin embargo, de una pureza cristalina; en ellos, la forma, simple y regular, es el molde perfecto en que se ponen en evidencia la profundidad del pensamiento y la absoluta maestría del autor. Son composiciones muy cortas, en general, en las que unos pocos versos bastan, con sus reflexiones filosóficas y su intuición sensual, para definir imágenes de una incuestionable originalidad. El presente volumen de Ediciones De La Mirándola contiene, en edición bilingüe, los poemas del Poèmes et dédicaces.