Alicia Lacroix, una joven perdida en París, de padre Francés y madre Española, se veía con su graduado universitario en turismo en una mano y un piso que pagar en la otra. Acababa de terminar su beca erasmus y las facturas ya no se iban a pagar solas, así que, desesperada, aceptó el primer trabajo que pudo.
Y no supo dónde se estaba metiendo.
Su primera noche como secretaria del lujoso restaurante “Femme Rouge” la pasó echa un manojo de nervios, sobretodo al conocer a su jefe, el multimillonario Alexander Sokolov, un inmigrante ruso que hizo fortuna de la nada.
Alto, musculoso, imponente y muy profesional al principio, en cuestión de horas comenzó a demostrar un particular interés en Alice. Su halo de misterio y su peligroso atractivo minaron poco a poco las defensas de Alice hasta que cedió.
Esa misma noche Alexander la abrazó en su pecho y entre sus sábanas, pero poco a poco la mujer comenzó a ver una cierta oscuridad en el misterio que envolvía al hombre. Una personalidad dominante, controladora, feral, y el deseo de poseer a Alice en cuerpo y mente.
A la noche siguiente, no sólo Alexander resultó ser peligroso. También sus enemigos. Y ahora era trabajo del mafioso no sólo protegerla y mantenerla a salvo, sino asegurarse de conquistarla en cuerpo y alma, atrayéndola hacia un romance tan oscuro como sincero.
Y no supo dónde se estaba metiendo.
Su primera noche como secretaria del lujoso restaurante “Femme Rouge” la pasó echa un manojo de nervios, sobretodo al conocer a su jefe, el multimillonario Alexander Sokolov, un inmigrante ruso que hizo fortuna de la nada.
Alto, musculoso, imponente y muy profesional al principio, en cuestión de horas comenzó a demostrar un particular interés en Alice. Su halo de misterio y su peligroso atractivo minaron poco a poco las defensas de Alice hasta que cedió.
Esa misma noche Alexander la abrazó en su pecho y entre sus sábanas, pero poco a poco la mujer comenzó a ver una cierta oscuridad en el misterio que envolvía al hombre. Una personalidad dominante, controladora, feral, y el deseo de poseer a Alice en cuerpo y mente.
A la noche siguiente, no sólo Alexander resultó ser peligroso. También sus enemigos. Y ahora era trabajo del mafioso no sólo protegerla y mantenerla a salvo, sino asegurarse de conquistarla en cuerpo y alma, atrayéndola hacia un romance tan oscuro como sincero.