Johan Farinos, un antropólogo lingüista recién nombrado catedrático interino de una universidad católica en Chile, nos presenta un manuscrito encontrado entre los archivos de su predecesor con el propósito de localizar a su anónimo autor para iniciar con él una línea de investigación sobre las relaciones entre la teología y la lingüística.
El manuscrito, escrito en primera persona del pasado, relata las memorias de Gurka, un anciano grecobudista nacido en Alejandría Bucéfala a principios del S.I d.C. En él nos narra los tres periodos más importantes de su vida, estrechamente vinculados a las ciudades de Taxila, Alejandría y Jerusalén.
En Taxila, capital de la satrapía de Gandhara en las inmediaciones del Himalaya, Gurka pasa sus años de formación en el monasterio budista de Jaulian, en donde aprende el Dharma con una metodología socrática y entabla amistad con un estudiante judío y otro mazdeista. Con veinte años los tres viajan a Alejandría para llevar una copia del Canon Pali, colección de los textos doctrinales budistas.
En Alejandría Gurka asume la responsabilidad de traducir el Canon Pali al griego para la Gran Biblioteca. En ese periodo conoce a un joven Jesús de Nazaret con quien mantiene un profundo intercambio de ideas teológicas. Jesús regresa a Judea; y unos años más tarde Gurka y sus amigos emprende el viaje de vuelta a Taxila pasando primero por Jerusalén.
En Jerusalén se reencuentran con Jesús, que es aclamado por el pueblo como Mesías y posteriormente condenado por el Sanedrín durante la celebración de la Pascua judía. Tras ayudar a Jesús a escapar, continúan su viaje de regreso a Taxila.
El manuscrito, escrito en primera persona del pasado, relata las memorias de Gurka, un anciano grecobudista nacido en Alejandría Bucéfala a principios del S.I d.C. En él nos narra los tres periodos más importantes de su vida, estrechamente vinculados a las ciudades de Taxila, Alejandría y Jerusalén.
En Taxila, capital de la satrapía de Gandhara en las inmediaciones del Himalaya, Gurka pasa sus años de formación en el monasterio budista de Jaulian, en donde aprende el Dharma con una metodología socrática y entabla amistad con un estudiante judío y otro mazdeista. Con veinte años los tres viajan a Alejandría para llevar una copia del Canon Pali, colección de los textos doctrinales budistas.
En Alejandría Gurka asume la responsabilidad de traducir el Canon Pali al griego para la Gran Biblioteca. En ese periodo conoce a un joven Jesús de Nazaret con quien mantiene un profundo intercambio de ideas teológicas. Jesús regresa a Judea; y unos años más tarde Gurka y sus amigos emprende el viaje de vuelta a Taxila pasando primero por Jerusalén.
En Jerusalén se reencuentran con Jesús, que es aclamado por el pueblo como Mesías y posteriormente condenado por el Sanedrín durante la celebración de la Pascua judía. Tras ayudar a Jesús a escapar, continúan su viaje de regreso a Taxila.