Prodigus es la vida vertiginosa de un prototipo de hijo pródigo, que se desenvuelve en la Alejandría de principios del siglo III de nuestra era en el Egipto romanizado. Antonis Longus de Karanis es protagonista de una vida turbia y crapulosa entre los acontecimientos sociales y públicos en que participa. Finalmente, entra en contacto con los personajes que están creando el primer desarrollo intelectual del pensamiento cristiano y los creadores de las proteicas concepciones gnósticas, ensayos de versión del misterio cristiano en categorías mitológicas.
“El autor de Prodigus nos sorprende por el amplio conocimiento que despliega del mundo de la Alejandría del siglo III, capital del Helenismo. Al ritmo del desarrollo de la vida del pródigo Antonis Longus, nos sentimos inmersos en las calles, los foros, los mercados y el puerto de la gran metrópoli; recorremos el Egipto, regalo del Nilo, sus ciudades y sus templos. En todo momento percibimos la presencia de las instituciones greco-romanas y de las autoridades de sus regidores. En el último tercio de la novela, el autor, conocedor exhaustivo de la cultura de Alejandría, que con Atenas y Roma formarán el trío de ciudades “faro” del desarrollo del humanismo occidental, de la geometría y de la astronomía y de la ciencia, nos habla con autoridad de Panteno, Clemente Alejadrino y Orígenes, creadores de la primera versión filosófica del pensamiento cristiano. El lector se sumerge apasionadamente en Prodigus, y le sigue, enganchado a sus etapas vitales, su familia, su formación, su carácter inseguro e inestable, sus inquietas búsquedas de una filosofía de vida y su fracaso existencial anunciado”.
—José M. Rodríguez, Dr. de Sicología
“El autor de Prodigus nos sorprende por el amplio conocimiento que despliega del mundo de la Alejandría del siglo III, capital del Helenismo. Al ritmo del desarrollo de la vida del pródigo Antonis Longus, nos sentimos inmersos en las calles, los foros, los mercados y el puerto de la gran metrópoli; recorremos el Egipto, regalo del Nilo, sus ciudades y sus templos. En todo momento percibimos la presencia de las instituciones greco-romanas y de las autoridades de sus regidores. En el último tercio de la novela, el autor, conocedor exhaustivo de la cultura de Alejandría, que con Atenas y Roma formarán el trío de ciudades “faro” del desarrollo del humanismo occidental, de la geometría y de la astronomía y de la ciencia, nos habla con autoridad de Panteno, Clemente Alejadrino y Orígenes, creadores de la primera versión filosófica del pensamiento cristiano. El lector se sumerge apasionadamente en Prodigus, y le sigue, enganchado a sus etapas vitales, su familia, su formación, su carácter inseguro e inestable, sus inquietas búsquedas de una filosofía de vida y su fracaso existencial anunciado”.
—José M. Rodríguez, Dr. de Sicología