En 1989, Luis Carlos Galán, el hombre de intensos ojos azules, estaba cerca de ser presidente de Colombia. Pero todos las autoridades, sus allegados y él mismo sabían que cada punto que subía en las encuestas era, al mismo tiempo, un paso más hacia la muerte. Así comienza esta desgarradora crónica de un héroe trágico que sabe que su carrera política acabará con su vida y aun así continúa luchando por la reforma de un país en crisis.
Alonso Salazar recorre la vida de Galán y nos muestra sus facetas de periodista, ministro, embajador, hombre de familia,
líder político y candidato presidencial. Relata los años, las semanas y las horas previas al asesinato y destaca los principales hechos que condujeron a que ese 18 de agosto, en la plaza de Soacha, le dispararan al más prometedor líder del Partido Liberal. Además profundiza en la pesquisa para encontrar a los responsables: se pregunta si la Policía y el das estuvieron implicados en el magnicidio, debido a las evidentes fallas de seguridad que dejaron vulnerable al candidato; señala las deficiencias de la investigación por parte de las entidades del gobierno, y resalta los vínculos entre narcotraficantes, políticos y funcionarios públicos de la época que estuvieron de alguna forma implicados en su muerte. Casi tres décadas después del asesinato, no podemos dejar de concluir, junto con el autor,
que la muerte de Galán es otra novela oscura de la violencia
política en Colombia.
Alonso Salazar recorre la vida de Galán y nos muestra sus facetas de periodista, ministro, embajador, hombre de familia,
líder político y candidato presidencial. Relata los años, las semanas y las horas previas al asesinato y destaca los principales hechos que condujeron a que ese 18 de agosto, en la plaza de Soacha, le dispararan al más prometedor líder del Partido Liberal. Además profundiza en la pesquisa para encontrar a los responsables: se pregunta si la Policía y el das estuvieron implicados en el magnicidio, debido a las evidentes fallas de seguridad que dejaron vulnerable al candidato; señala las deficiencias de la investigación por parte de las entidades del gobierno, y resalta los vínculos entre narcotraficantes, políticos y funcionarios públicos de la época que estuvieron de alguna forma implicados en su muerte. Casi tres décadas después del asesinato, no podemos dejar de concluir, junto con el autor,
que la muerte de Galán es otra novela oscura de la violencia
política en Colombia.