Creo necesario hacer una pequeña presentación de quien fue Arthur Rimbaud; pues todavía en el siglo XXI, siempre hay alguien que no conoce su maldita leyenda. La leyenda que le hace aparecer como el ángel caído, aquel que estaba llamado a conseguir la mayor gloria en este mundo, la mayor dignidad; pero fue tanta su virtud literaria, ya en sus primeros años, que no pudo menos que caer en la soberbia, la misma soberbia que llevó a Lucifer a equipararse con el Eterno; así su vida transcurrió en un duelo constante entre su increíble inteligencia, su terrible creatividad, su dominio de la técnica y del lenguaje, y el entorno que le rodeaba, que no estaba dispuesto a rendirse a un adolescente −¿Quién era ese adolescente que se atrevía a decirles a la cara, que eran unos mediocres? ¿Qué razón le hacía pensar que era mejor que ellos? ¡No se puede soportar! ¡Un imberbe diciéndonos que no sabemos hacer poesía!−. Eso sólo podía conducir a un único lugar, al ostracismo, ¡Y a eso fue condenado!
La obra de Arthur Rimbaud es muy corta, casi fugaz, no obstante, por su sinceridad y creatividad, le ha hecho una de las cumbres de la poesía universal.
La obra de Arthur Rimbaud es muy corta, casi fugaz, no obstante, por su sinceridad y creatividad, le ha hecho una de las cumbres de la poesía universal.