Dicen que la prostitución, el acto voluntario de intercambiar favores sexuales por bienes, dinero o privilegios, es el oficio más antiguo del mundo. Pero, ¿se puede hablar de prostitución cuando, con el mismo fin y dentro de una relación estable, uno de los concubinos ofrece su cuerpo sólo a cambio de comodidades?
La doctora Claudia Rampazzo, médico especializado en psicoterapia familiar y de pareja, así como en el ejercicio de la sexualidad, está segura de que en algunos casos así sucede. En todos sus años de ejercicio profesional ha observado este fenómeno de forma recurrente, por lo que ha decidido acuñar el término prostitución marital para referirse a la forma mediante la cual, de manera no explícita, uno de los miembros de una relación de pareja monógama utiliza el sexo como moneda de cambio para obtener beneficios: dinero, ropa, objetos, estatus, pertenencia, comodidad, entre otros.
Para la autora, esta práctica -especialmente difundida entre las mujeres de clase media-alta y alta- debiera, incluso, tipificarse como delito. Por ello se dio a la tarea de escribir Prostitución marital, un deporte femenino, donde describe el fenómeno desde distintos ángulos, explicando los motivos que llevan a las parejas a actuar de ese modo, y ofrece una práctica guía para ayudarle al lector a evitar el contacto con las personas que son proclives a desarrollar ese vicio y convertirlo en práctica.
La doctora Claudia Rampazzo, médico especializado en psicoterapia familiar y de pareja, así como en el ejercicio de la sexualidad, está segura de que en algunos casos así sucede. En todos sus años de ejercicio profesional ha observado este fenómeno de forma recurrente, por lo que ha decidido acuñar el término prostitución marital para referirse a la forma mediante la cual, de manera no explícita, uno de los miembros de una relación de pareja monógama utiliza el sexo como moneda de cambio para obtener beneficios: dinero, ropa, objetos, estatus, pertenencia, comodidad, entre otros.
Para la autora, esta práctica -especialmente difundida entre las mujeres de clase media-alta y alta- debiera, incluso, tipificarse como delito. Por ello se dio a la tarea de escribir Prostitución marital, un deporte femenino, donde describe el fenómeno desde distintos ángulos, explicando los motivos que llevan a las parejas a actuar de ese modo, y ofrece una práctica guía para ayudarle al lector a evitar el contacto con las personas que son proclives a desarrollar ese vicio y convertirlo en práctica.