No cabe duda de que Jesús sea el gran protagonista del Evangelio; es más, Él es “Evangelio” o Buena Noticia, que es lo mismo.
La entrada y el desarrollo de esta Buena Noticia en la historia tuvo unos protagonistas que la llevaron a cabo. Por ello mismo, la continuación de la misma, en cuanto a la transmisión, sigue teniéndolos también. No se trata de una lección o letra muerta, sino de una experiencia que interpela, cuestiona, anima y lanza al compromiso.
Una experiencia vivida por hombres y mujeres, a veces de forma casi oculta, anónima o desconocida, que no son sino los centuriones, hemorroísas, ciegos en el camino de hoy en día, de las Samaritanas, Lázaros, Marías de Nazaret, etc., de cada tiempo y de cada lugar.
Estos y los otros son las y los protagonistas que encontrarás en este libro, sin menoscabo de las y los muchos que no quedarán reflejados, pero que no por eso son menos transmisores de Buena Noticia y de esperanza.
La entrada y el desarrollo de esta Buena Noticia en la historia tuvo unos protagonistas que la llevaron a cabo. Por ello mismo, la continuación de la misma, en cuanto a la transmisión, sigue teniéndolos también. No se trata de una lección o letra muerta, sino de una experiencia que interpela, cuestiona, anima y lanza al compromiso.
Una experiencia vivida por hombres y mujeres, a veces de forma casi oculta, anónima o desconocida, que no son sino los centuriones, hemorroísas, ciegos en el camino de hoy en día, de las Samaritanas, Lázaros, Marías de Nazaret, etc., de cada tiempo y de cada lugar.
Estos y los otros son las y los protagonistas que encontrarás en este libro, sin menoscabo de las y los muchos que no quedarán reflejados, pero que no por eso son menos transmisores de Buena Noticia y de esperanza.