«Hay que leer Psicología del arte en dos niveles: como psicología del arte y como psicología del arte. [...] Al comparar el libro de Vygotsky con otros textos sobre arte de los primeros años veinte percibimos de inmediato su excepcionalidad. En él, su autor interroga a las formas clásicas de la literatura: la fábula, la novela y las tragedias de Shakespeare. Pero su atención no se centra en las controversias por aquel entonces de moda. [...] El gran problema que se plantea reviste un significado más amplio y genérico: una creación artística ¿qué es lo que hace?, ¿qué la convierte en obra de arte? Éste es, en realidad, el problema estético capital, y no podemos ignorarlo si queremos ponderar el verdadero valor de una novedad surgida en el mundo del arte. En opinión del autor, al analizar la estructura de una obra de arte uno debe recrear la respuesta, la actividad interna a la que dicha obra da pie. Este concepto permitió a Vygotsky internarse en los secretos del valor perdurable de las grandes obras artísticas o descubrir esa fuerza en virtud de la cual una epopeya griega o una tragedia shakesperiana siguen, en palabras de Marx, “suministrándonos goce artístico y, en ciertos sentidos, sirviéndonos como norma y modelo inalcanzable”.» De la introducción de A. N. Leontiev
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