Con el Evangelio en la mano, el autor no tiene otro objetivo que el de enseñarte a conversar con Jesús, que te mira, que te habla.
Imagínate que la mejor persona de este mundo se hace amigo tuyo. Y además, todos los días, cuando hablas con Él, te lo pasas en grande... Eso es la oración. Y ese amigo es Jesús.
Con el Evangelio en la mano, el autor no tiene otro objetivo que el de enseñarte a conversar con Jesús, que te mira, que te habla.
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