En una serie de ensayos escritos con la mayor claridad, Fernando
Iglesias redefine la posición de la izquierda, sin hacer historia, pero
tomando como punto de partida la Revolución Francesa, no la Rusa. Los
puntos de vista de Iglesias son novedosos, a veces sorprendentes. A
partir de las aseveraciones de racionalistas a ultranza #como Bertrand
Russell- traza el bosquejo de cómo podría gobernarse y legislarse una
democracia global. Con modestia y precisión, Iglesias argumenta contra
los "caballitos de batalla" de la izquierda recalcitrante: la queja
continua, la atribución de culpas, la sospecha injustificada; crea así
un nuevo territorio, un territorio en el que los argumentos deben
demostrar su validez a largo o a corto plazo, y deben, a su vez,
garantizar su buen cuño democrático, vale decir su conveniencia para el
mayor número posible de habitantes del mundo.
Distinto y como a contracorriente, adelantándose a toda velocidad a
pensadores de otras latitudes, Fernando Iglesias no ataca: contesta
muchos interrogantes que, por atraso cultural, muchos de nosotros
todavía no nos atrevimos a plantear.
Iglesias redefine la posición de la izquierda, sin hacer historia, pero
tomando como punto de partida la Revolución Francesa, no la Rusa. Los
puntos de vista de Iglesias son novedosos, a veces sorprendentes. A
partir de las aseveraciones de racionalistas a ultranza #como Bertrand
Russell- traza el bosquejo de cómo podría gobernarse y legislarse una
democracia global. Con modestia y precisión, Iglesias argumenta contra
los "caballitos de batalla" de la izquierda recalcitrante: la queja
continua, la atribución de culpas, la sospecha injustificada; crea así
un nuevo territorio, un territorio en el que los argumentos deben
demostrar su validez a largo o a corto plazo, y deben, a su vez,
garantizar su buen cuño democrático, vale decir su conveniencia para el
mayor número posible de habitantes del mundo.
Distinto y como a contracorriente, adelantándose a toda velocidad a
pensadores de otras latitudes, Fernando Iglesias no ataca: contesta
muchos interrogantes que, por atraso cultural, muchos de nosotros
todavía no nos atrevimos a plantear.