Por sugerencia de mis amigos, escribo este libro. Por iniciativa propia, no me lo hubiera permitido, pero, como soy un hombre extrovertido, abierto, y me gusta comunicar lo que pienso y siento, y compartir vivencias, no pude sustraerme a la tentación de hacerlo.
A mí, la vida, me ha enriquecido más que los libros, por eso creo que ella nos enseña, que es la mejor maestra. De ese aprendizaje, he recogido muchas experiencias que aquí expongo.
Guardo en mi memoria casi todos los momentos vividos, y como no quiero perderlos, los he perpetuado en estas páginas.
No soy un hombre letrado, pero soy observador, reflexivo, tengo sentido del humor y me gusta contar historias, en rueda de amigos, por lo tanto este libro no es para intelectuales, sino para hombres “comunes” como yo, para mis amigos y también para aquellos que no conozco y con los cuales espero podamos encontrarnos, algún día, en estas páginas.
Creo haberle sacado jugo a la vida. Algunas de las cosas que cuento, pueden resultar demasiado simples, hasta banales, pero para mí, están cargadas de sentido, de experiencia, de vivencialidad.
Por mi condición de viajero pertinaz, impuesto por razones de trabajo, o de placer, he andado caminos, he recorrido hoteles, hospedajes, posadas. Esto, me ha posibilitado ampliar mi horizonte personal, relacionarme, y frecuentar distintos ambientes, costumbres y experiencias de vida.
En estas páginas, está eí resultado de mis observaciones, pasadas por el tamiz de mi espíritu inquieto, enamorado de la vida, para dejar constancia del camino transitado y sus alternativas, para demostrar que todo es posible, si uno se lo propone como meta. De esto doy testimonio yo, que, de vendedor ambulante he pa&ado a desempeñar funciones en una importante empresa.
No soy político ni antipolítico. No pude frecuentar las aulas del colegio secundario, por lo tanto, no sé más de lo que sé, más que lo que me enseñó la vida. Tampoco sé si sé, por ejemplo, no sé si tengo la autoridad suficiente para escribir este libro, si todo lo que sale de mi mente desprolija y de mi mucha bohemia, es digno de ser leído por ustedes.
He puesto en este libro toda mi pasión y lo he pergeñado, en mesas de café, o en el iiving de algún hotel, corrigiendo borradores, y los he vuelto a corregir, así como el mejor diseñador dibuja el modelo de un auto que va a salir al mercado. Pero en este caso, no pretendo deslumhrar, ni espero, en absoluto, el mínimo rédito económico. Mi intención, lo reitero, es pasar en limpio lo que guardo, como un tesoro, en mi memoria y que pretendo perpetuar en estas páginas.
El autor
A mí, la vida, me ha enriquecido más que los libros, por eso creo que ella nos enseña, que es la mejor maestra. De ese aprendizaje, he recogido muchas experiencias que aquí expongo.
Guardo en mi memoria casi todos los momentos vividos, y como no quiero perderlos, los he perpetuado en estas páginas.
No soy un hombre letrado, pero soy observador, reflexivo, tengo sentido del humor y me gusta contar historias, en rueda de amigos, por lo tanto este libro no es para intelectuales, sino para hombres “comunes” como yo, para mis amigos y también para aquellos que no conozco y con los cuales espero podamos encontrarnos, algún día, en estas páginas.
Creo haberle sacado jugo a la vida. Algunas de las cosas que cuento, pueden resultar demasiado simples, hasta banales, pero para mí, están cargadas de sentido, de experiencia, de vivencialidad.
Por mi condición de viajero pertinaz, impuesto por razones de trabajo, o de placer, he andado caminos, he recorrido hoteles, hospedajes, posadas. Esto, me ha posibilitado ampliar mi horizonte personal, relacionarme, y frecuentar distintos ambientes, costumbres y experiencias de vida.
En estas páginas, está eí resultado de mis observaciones, pasadas por el tamiz de mi espíritu inquieto, enamorado de la vida, para dejar constancia del camino transitado y sus alternativas, para demostrar que todo es posible, si uno se lo propone como meta. De esto doy testimonio yo, que, de vendedor ambulante he pa&ado a desempeñar funciones en una importante empresa.
No soy político ni antipolítico. No pude frecuentar las aulas del colegio secundario, por lo tanto, no sé más de lo que sé, más que lo que me enseñó la vida. Tampoco sé si sé, por ejemplo, no sé si tengo la autoridad suficiente para escribir este libro, si todo lo que sale de mi mente desprolija y de mi mucha bohemia, es digno de ser leído por ustedes.
He puesto en este libro toda mi pasión y lo he pergeñado, en mesas de café, o en el iiving de algún hotel, corrigiendo borradores, y los he vuelto a corregir, así como el mejor diseñador dibuja el modelo de un auto que va a salir al mercado. Pero en este caso, no pretendo deslumhrar, ni espero, en absoluto, el mínimo rédito económico. Mi intención, lo reitero, es pasar en limpio lo que guardo, como un tesoro, en mi memoria y que pretendo perpetuar en estas páginas.
El autor