De estilo ágil, ambientación exquisita y caracterización perfecta, ¿Quién mató a Efialtes? es un vibrante thriller político en el que las suposiciones y los hechos juegan constantemente con el lector, que inevitablemente irá sacando sus propias conclusiones.
Efialtes es un demagogo, líder del partido democrático, que junto a Pericles ostenta el poder de la egregia Atenas. Ambos gozan del favor del pueblo, que les quiere y les aclama como sus guías. Amor que está muy lejos, claro está, del que les profesan los oligarcas, que hasta entonces habían conocido las dulzuras del poder. Agrupados en su propio partido, vigilan de cerca todas sus medidas y esperan su momento de recuperar el mando político.
Una noche, como otras tantas en que tras un agradable paseo enfilaba el camino a casa, Efialtes cae a plomo sobre el empredado. Un profundísimo tajo en la base del cuello delata la intencionalidad. Es un magnicidio, no cabe duda. Rápidamente el pueblo clama venganza. Los oligarcas se reúnen asustados en casa de Tucídides. Mientras tanto, Pericles hace verdaderos esfuerzos por contener a la masa enfurecida. Les promete la verdad, encontrar al culpable y juzgarle. Para ello encomienda la tarea a un hombre de reputación honrada y que goza de cierto respeto general. Su misión es peligrosa. Su simple investigación puede trastocar no solo los equilibrios internos, sino las relaciones con ciudades vecinas. Su propia vida, además, corre peligro. Se llama Esteságoras y, junto a la bella e inteligente Magnesia, dispondrá únicamente de unos días para encontrar al asesino.
Efialtes es un demagogo, líder del partido democrático, que junto a Pericles ostenta el poder de la egregia Atenas. Ambos gozan del favor del pueblo, que les quiere y les aclama como sus guías. Amor que está muy lejos, claro está, del que les profesan los oligarcas, que hasta entonces habían conocido las dulzuras del poder. Agrupados en su propio partido, vigilan de cerca todas sus medidas y esperan su momento de recuperar el mando político.
Una noche, como otras tantas en que tras un agradable paseo enfilaba el camino a casa, Efialtes cae a plomo sobre el empredado. Un profundísimo tajo en la base del cuello delata la intencionalidad. Es un magnicidio, no cabe duda. Rápidamente el pueblo clama venganza. Los oligarcas se reúnen asustados en casa de Tucídides. Mientras tanto, Pericles hace verdaderos esfuerzos por contener a la masa enfurecida. Les promete la verdad, encontrar al culpable y juzgarle. Para ello encomienda la tarea a un hombre de reputación honrada y que goza de cierto respeto general. Su misión es peligrosa. Su simple investigación puede trastocar no solo los equilibrios internos, sino las relaciones con ciudades vecinas. Su propia vida, además, corre peligro. Se llama Esteságoras y, junto a la bella e inteligente Magnesia, dispondrá únicamente de unos días para encontrar al asesino.