Juan Sebastián de Elcano, no fue el primero en descubrir la curvatura cerrada de la Tierra.
La naturaleza del mundo subterráneo es tan sorprendente y bella como la del mundo de arriba.
Budistas e hindúes aseguran que desde el Kaylash, monte sagrado del Tíbet, se accede a un universo donde seres de distintas etnias conviven constituyendo naciones subordinadas a la autoridad de Shivá.
En el horizonte de la superficie terrestre, la luz se desvía por efecto de la gravedad. En el mundo escondido, la cambiante gravedad provoca, sin solución de continuidad, la discriminación de las frecuencias que integran el espectro cromático visible.
La naturaleza del mundo subterráneo es tan sorprendente y bella como la del mundo de arriba.
Budistas e hindúes aseguran que desde el Kaylash, monte sagrado del Tíbet, se accede a un universo donde seres de distintas etnias conviven constituyendo naciones subordinadas a la autoridad de Shivá.
En el horizonte de la superficie terrestre, la luz se desvía por efecto de la gravedad. En el mundo escondido, la cambiante gravedad provoca, sin solución de continuidad, la discriminación de las frecuencias que integran el espectro cromático visible.