Castilla necesita un heredero. Tras la muerte del rey Juan II, el ascenso al trono de su hijo, el príncipe Enrique, no ha hecho sino desatar las intrigas en la corte de Castilla para asegurar la continuidad en el trono de la dinastía Trastamara.
Fortuitamente, tras una visita a Toledo del miembro del Consejo Real y Adelantado Mayor del Reino, Juan Pacheco, llega a oídos del rey la existencia de ciertas prácticas que ayudan a engendrar. Las órdenes del rey llevan a la corte a un joven boticario portugués y a su maestro judío, quienes, en medio de las Guerras de Granada y la adversidad de una situación convulsa por los levantamientos en distintas poblaciones, habrán de luchar contra el tiempo, usando la ciencia y su propia audacia para tratar desesperadamente de conseguir el modo de propiciar la continuidad en el trono de la estirpe real de Castilla.
Fortuitamente, tras una visita a Toledo del miembro del Consejo Real y Adelantado Mayor del Reino, Juan Pacheco, llega a oídos del rey la existencia de ciertas prácticas que ayudan a engendrar. Las órdenes del rey llevan a la corte a un joven boticario portugués y a su maestro judío, quienes, en medio de las Guerras de Granada y la adversidad de una situación convulsa por los levantamientos en distintas poblaciones, habrán de luchar contra el tiempo, usando la ciencia y su propia audacia para tratar desesperadamente de conseguir el modo de propiciar la continuidad en el trono de la estirpe real de Castilla.