Caleb no recuerda nada antes del accidentado descenso a Ursus 4, pero tiene clara la misión que le ha sido encomendada por la Armada Solar: infiltración y sabotaje de cualquier instalación de los zunzés, una raza alienígena enemiga. Y piensa cumplirla hasta sus últimas consecuencias.
Para ello cuenta con la ayuda de un símbico, una inteligencia artificial integrada en su propia red neuronal, y el Trans, una nave monoplaza con una capacidad de camuflaje extraordinaria.
Actuando como francotirador, poco a poco se convierte en el azote de los desconcertados zunzés, pero cuando la Armada no contesta a sus transmisiones y su símbico parece actuar de forma extraña, las cosas comienzan a torcerse.
Caleb empieza sospechar que algo ha ido mal, rematadamente mal.
Y sueña que no está solo.
Para ello cuenta con la ayuda de un símbico, una inteligencia artificial integrada en su propia red neuronal, y el Trans, una nave monoplaza con una capacidad de camuflaje extraordinaria.
Actuando como francotirador, poco a poco se convierte en el azote de los desconcertados zunzés, pero cuando la Armada no contesta a sus transmisiones y su símbico parece actuar de forma extraña, las cosas comienzan a torcerse.
Caleb empieza sospechar que algo ha ido mal, rematadamente mal.
Y sueña que no está solo.