Aristóteles examina en este tratado el origen del principio vital en los seres vivos, a cuyas manifestaciones ya a dedicado varios estudios.
Si los demás trabajos de biología aristotélicos se interesan por el principio que anima a los seres vivos, Reproducción de los animales indaga acerca del origen del principio animador: ¿cómo nacen a la vida los seres? Aristóteles se distancia del punto de vista platónico de que la vida empieza cuando el alma entra en el cuerpo y sostiene que las potencias del alma son principios corporales. Aristóteles (que no en vano era hijo de médicos) adopta en este punto, al igual que en cuestiones de nutrición, reproducción, percepción y movimiento, una perspectiva biológica antimetafísica. Pero cambia de punto de vista cuando se llega a la facultad superior, el pensamiento, del que admite que procede del exterior y es de naturaleza divina.