La señorita Christiana Daventry estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para salir de la miseria. Cualquier cosa, excepto aceptar la oferta del insufriblemente atractivo lord Braybrook.
Julian Trentham, vizconde de Braybrook, necesitaba urgentemente una acompañante y una institutriz, y ella estaba disponible.
Además, había algo tan deliciosamente atrayente en ella que Julian estaba a punto de olvidar el escándalo que se organizaría si cedía a la tentación con una institutriz…
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