Incluye audio del autor.
Hay muchas formas de acabar con la propia vida. Suicidarse no es simplemente tomar una pistola y jalar el gatillo, tampoco es aventarse desde lo más alto de una construcción. El suicidio, es el crimen perfecto ya que no hay culpable al que perseguir. “Uno no se mata por cobardía como supone el común de la gente. Se mata por valentía y coraje”, expresa el protagonista de esta obra de René Avilés. No detalla el autor el instante del suicidio porque, afirma, nadie tiene derecho a ver morir a un hombre, a menos que éste así lo quiera y por que, finalmente, el suicidio es un acto íntimo, ya que quien se mata en público es más un exhibicionista que un suicida convencido.
Hay muchas formas de acabar con la propia vida. Suicidarse no es simplemente tomar una pistola y jalar el gatillo, tampoco es aventarse desde lo más alto de una construcción. El suicidio, es el crimen perfecto ya que no hay culpable al que perseguir. “Uno no se mata por cobardía como supone el común de la gente. Se mata por valentía y coraje”, expresa el protagonista de esta obra de René Avilés. No detalla el autor el instante del suicidio porque, afirma, nadie tiene derecho a ver morir a un hombre, a menos que éste así lo quiera y por que, finalmente, el suicidio es un acto íntimo, ya que quien se mata en público es más un exhibicionista que un suicida convencido.