Acaso sea el azar el que nos arrebata aquello que más amamos, pero puede que todo lo que nos ocurre no sea sino el resultado de nuestros propios actos. Estas son las preguntas que atormentan a Eduardo, un pintor para quien nada tiene sentido tras la muerte de su mujer y su hija en un accidente de coche. Una famosa violoncelista, Gloria Tagger, le dará una razón para seguir viviendo al contratarlo para pintar un cuadro: el retrato de Arthur, el autor de la muerte de su hijo. Aceptar ese reto desencadena una cascada de sentimientos que durante muchos años han permanecido ocultos. En Respirar por la herida, con una trama perfectamente urdida y una intensidad descarnada, el dolor y la culpa desbordan los límites de sus protagonistas, con una precisión y una psicología digna del maestro en que se ha convertido ya su autor, Víctor del Árbol (premio Le Prix du Polar Européen a la mejor novela negra europea por La tristeza del samurái, Editorial Alrevés, 2011).
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