Leyenda, honor, muerte, batalla, intriga, confabulación… y sobretodo: venganza. Estos son los más destacados ingredientes que se prometen en esta historia que se inicia en Escocia en 1787, cuando un pirata desembarca en un pequeño pueblo en busca de un hombre corriente que guarda con recelo un «imposible» secreto. Paralelamente, comienza también la narración de lo que comienza a ser el declive y fatídico final de la famosa Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, más conocida como Caballeros Templarios o Caballeros del Templo (Templiers o Chevaliers du Temple, en referencia al Templo del rey Salomón en Jerusalén), que tras diversos y múltiples acontecimientos es clausurada por el rey de Francia y el Papa. Algunos de sus componentes se pierden en el tiempo y se hacen partícipes de un final igual de «surrealista» e «inverosímil» que los primeros; Uno de ellos, resentido por la traición, intentará llevar a cabo su prometido cometido y su revancha.
A pesar de que la obra se somete a una lectura sosegada en su enriquecido y honorable léxico, propio o cercano al lenguaje antiguo, y a una sobriedad documental impecable y a veces exquisita, la sorprendente realidad y la más exacerbada de las ficciones se mezclan y se funden para crear una trama atípicamente «fantástica»…
Si te gusta evocar y sumergirte en otras épocas, pues la acción transcurre y abarca desde el siglo XIII hasta el siglo XVIII, quizá encuentres interesante este relato.
A pesar de que la obra se somete a una lectura sosegada en su enriquecido y honorable léxico, propio o cercano al lenguaje antiguo, y a una sobriedad documental impecable y a veces exquisita, la sorprendente realidad y la más exacerbada de las ficciones se mezclan y se funden para crear una trama atípicamente «fantástica»…
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