Cristina González www.cristinagonzalez.info
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Sarah Praxton no tiene una vida sencilla.
Desde que sus padres murieron en un accidente de tráfico, ella tuvo que hacerse cargo en solitario de su hermana Rachel, quien nació con síndrome de Down. Es una responsabilidad muy grande que limita bastante su vida, de cara al trabajo, a las amistades y sobre todo al amor.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, ella siempre está dispuesta a encontrar la solución frente a cualquier problema que se le presente. Es una mujer fuerte, trabajadora y honesta.
Cuando John Miller, su jefe, le pide que dé clases de francés a su hija – lo cual implica estirar mucho más su jornada laboral –, Sarah se ve entre la espada y la pared, al no tener tiempo suficiente para hacerse cargo de su hermana. Esto hará que salga a relucir su fuerte carácter, impresionando a John… Para bien o para mal.
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Sarah Praxton no tiene una vida sencilla.
Desde que sus padres murieron en un accidente de tráfico, ella tuvo que hacerse cargo en solitario de su hermana Rachel, quien nació con síndrome de Down. Es una responsabilidad muy grande que limita bastante su vida, de cara al trabajo, a las amistades y sobre todo al amor.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, ella siempre está dispuesta a encontrar la solución frente a cualquier problema que se le presente. Es una mujer fuerte, trabajadora y honesta.
Cuando John Miller, su jefe, le pide que dé clases de francés a su hija – lo cual implica estirar mucho más su jornada laboral –, Sarah se ve entre la espada y la pared, al no tener tiempo suficiente para hacerse cargo de su hermana. Esto hará que salga a relucir su fuerte carácter, impresionando a John… Para bien o para mal.