En el primer capítulo, denominado “Espíritu y fi losofía”, pretendo
precisar el sentido y alcance de dos conceptos muy nombrados, pero
nunca debidamente defi nidos con claridad, como son el espíritu del
rugby y su fi losofía.
Además, cuento con el privilegio de poder transmitir el trabajo de
otros. Se trata de varios textos escritos por mis admirados Carlos “Veco”
Villegas y Miguel “Negro” Iglesias. Cada uno desde su perfi l característico
nos entregarán un mensaje lleno de sabiduría y a la vez fresco y
esperanzador.
En el segundo capítulo, que lleva el nombre de “La escala de valores”,
pretendo hacer hincapié en los valores del rugby y en la imperiosa
necesidad de preservarlos con absoluta vigencia, destacando asimismo
el valor del respeto como atributo esencial para la práctica del deporte.
El tercer capítulo, llamado “La gran familia del rugby”, se divide en
tres partes. La primera refi ere al “Mensaje a los entrenadores”, y hago
especial consideración de la labor formativa que llevan adelante los entrenadores como educadores y formadores de opinión.
Asimismo, pretendo desmenuzar un concepto tan denostado como
es el éxito y fi nalizo con una suerte de decálogo de la conducta que debe
exhibir el entrenador.
La segunda parte hace referencia al “Mensaje a los jugadores”, donde
se vuelca el decálogo del jugador.
En la tercera parte, llamada “Mensaje a los padres y espectadores”,
se vuelca de manera sucinta un decálogo para quienes asisten a los
partidos.
Se pretende destacar el rol activo que llevan adelante y su responsabilidad
en la preservación de los valores del juego.
En el cuarto capítulo, “Anécdotas e historias”, se desmenuzan algunas
historias que, seguramente, asombrarán al lector con datos curiosos
y anécdotas impactantes.
El capítulo quinto, llamado “Entrevistas”, está enteramente destinado
a una serie de entrevistas a personajes destacados de nuestro
deporte.
Los lectores tendrán el privilegio de conocer la opinión de los más
importantes hombres del rugby respecto de una temática tan relevante
y trascendente para nuestros días como es la fi losofía y espíritu del
juego.
El uruguayo Antonio “Tintín” Vizintin, protagonista de la tragedia
de los Andes, ofrece una visión enriquecedora respecto del papel que
jugó el rugby en esta historia tan famosa y mundialmente conocida.
Agustín Pichot, líder indiscutido en la proeza de Los Pumas en el
Mundial de Francia 2007, nos aporta toda su frescura y sabiduría.
Por su parte, Lisandro Arbizu, ex capitán de Los Pumas y uno de
los jugadores más importantes en la historia del rugby argentino, ofrece
una mirada valiosa desde su gran capacidad para observar la realidad
del deporte que nos apasiona.
Por último, tengo el gusto de contar con las palabras de Ángel Guastella,
un hombre que lleva medio siglo transitando la vida junto al rugby.
Desde su perfi l docente, ofrece una mirada tan sabia como superadora
sobre la problemática en la que está inmerso nuestro rugby.
En el sexto y último capítulo se presenta el epílogo en dos partes. La
primera refi ere a la importancia de la conservación de nuestros valores
y principios fundacionales, y la segunda hace referencia a la labor del
rugby como herramienta transformadora.
precisar el sentido y alcance de dos conceptos muy nombrados, pero
nunca debidamente defi nidos con claridad, como son el espíritu del
rugby y su fi losofía.
Además, cuento con el privilegio de poder transmitir el trabajo de
otros. Se trata de varios textos escritos por mis admirados Carlos “Veco”
Villegas y Miguel “Negro” Iglesias. Cada uno desde su perfi l característico
nos entregarán un mensaje lleno de sabiduría y a la vez fresco y
esperanzador.
En el segundo capítulo, que lleva el nombre de “La escala de valores”,
pretendo hacer hincapié en los valores del rugby y en la imperiosa
necesidad de preservarlos con absoluta vigencia, destacando asimismo
el valor del respeto como atributo esencial para la práctica del deporte.
El tercer capítulo, llamado “La gran familia del rugby”, se divide en
tres partes. La primera refi ere al “Mensaje a los entrenadores”, y hago
especial consideración de la labor formativa que llevan adelante los entrenadores como educadores y formadores de opinión.
Asimismo, pretendo desmenuzar un concepto tan denostado como
es el éxito y fi nalizo con una suerte de decálogo de la conducta que debe
exhibir el entrenador.
La segunda parte hace referencia al “Mensaje a los jugadores”, donde
se vuelca el decálogo del jugador.
En la tercera parte, llamada “Mensaje a los padres y espectadores”,
se vuelca de manera sucinta un decálogo para quienes asisten a los
partidos.
Se pretende destacar el rol activo que llevan adelante y su responsabilidad
en la preservación de los valores del juego.
En el cuarto capítulo, “Anécdotas e historias”, se desmenuzan algunas
historias que, seguramente, asombrarán al lector con datos curiosos
y anécdotas impactantes.
El capítulo quinto, llamado “Entrevistas”, está enteramente destinado
a una serie de entrevistas a personajes destacados de nuestro
deporte.
Los lectores tendrán el privilegio de conocer la opinión de los más
importantes hombres del rugby respecto de una temática tan relevante
y trascendente para nuestros días como es la fi losofía y espíritu del
juego.
El uruguayo Antonio “Tintín” Vizintin, protagonista de la tragedia
de los Andes, ofrece una visión enriquecedora respecto del papel que
jugó el rugby en esta historia tan famosa y mundialmente conocida.
Agustín Pichot, líder indiscutido en la proeza de Los Pumas en el
Mundial de Francia 2007, nos aporta toda su frescura y sabiduría.
Por su parte, Lisandro Arbizu, ex capitán de Los Pumas y uno de
los jugadores más importantes en la historia del rugby argentino, ofrece
una mirada valiosa desde su gran capacidad para observar la realidad
del deporte que nos apasiona.
Por último, tengo el gusto de contar con las palabras de Ángel Guastella,
un hombre que lleva medio siglo transitando la vida junto al rugby.
Desde su perfi l docente, ofrece una mirada tan sabia como superadora
sobre la problemática en la que está inmerso nuestro rugby.
En el sexto y último capítulo se presenta el epílogo en dos partes. La
primera refi ere a la importancia de la conservación de nuestros valores
y principios fundacionales, y la segunda hace referencia a la labor del
rugby como herramienta transformadora.