No te imaginas cómo he iniciado este libro. Te escribo sentado en una de las bancas de un oratorio, frente al Santísimo. Es un lugar maravilloso que invita al recogimiento y la oración. Tengo a mi gran amigo frente a mí. A mi mejor amigo desde la infancia. He venido a buscar respuestas a mis inquietudes. Traigo tantas preguntas. Jesús siempre ha tenido las respuestas que necesito. Siempre tiene una palabra, un gesto,, una sonrisa que lo dicen todo. Sabe que escribo este libro y que es para ti. Te diré lo que me ha enseñado y quiere enseñarte también: A CONFIAR. Pronto verás cómo esas heridas van a cicatrizar. Es un proceso maravilloso. Tendrás una nueva vida, ya lo verás.
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