El sueño
Antes de la llegada de Fernando Villavicencio, Cléver Jiménez y Carlos Figueroa a Sarayaku, José Gulinga, presidente del Consejo de Gobierno (Tayjasuruta), tuvo un sueño premonitorio. Cuenta que, junto a varios jóvenes guerreros, fueron de cacería a una montaña, donde se encontraron con un inmensa manada de jabalíes (guanganas). De pronto, algo extraño sucedió: sus escopetas no disparaban. Sin embargo, al sentir la fortaleza y la unión de todos los guerreros wio, las guanganas empezaon a huir. José compartió este sueño con don Sabino, su padre. Para Sabino, el sabio de Sarayaku, el sueño contenía un presagio alentador: los jabalíes, que para el pueblo Kichwa representan la violencia, serían derrotados y no habría gente herida, la avería de las escopetas lo sugería; la vida del pueblo de Sarayaku y de los tres amigos no se pondría en riesgo; los potenciales visitantes traían buena energía. “El hecho de habernos topado con guanganas, significaba que íbamos a pasar una situación terrible, pero sabíamos que el resultado era que las guanganas estaban todas acabada”, relata José.
Antes de la llegada de Fernando Villavicencio, Cléver Jiménez y Carlos Figueroa a Sarayaku, José Gulinga, presidente del Consejo de Gobierno (Tayjasuruta), tuvo un sueño premonitorio. Cuenta que, junto a varios jóvenes guerreros, fueron de cacería a una montaña, donde se encontraron con un inmensa manada de jabalíes (guanganas). De pronto, algo extraño sucedió: sus escopetas no disparaban. Sin embargo, al sentir la fortaleza y la unión de todos los guerreros wio, las guanganas empezaon a huir. José compartió este sueño con don Sabino, su padre. Para Sabino, el sabio de Sarayaku, el sueño contenía un presagio alentador: los jabalíes, que para el pueblo Kichwa representan la violencia, serían derrotados y no habría gente herida, la avería de las escopetas lo sugería; la vida del pueblo de Sarayaku y de los tres amigos no se pondría en riesgo; los potenciales visitantes traían buena energía. “El hecho de habernos topado con guanganas, significaba que íbamos a pasar una situación terrible, pero sabíamos que el resultado era que las guanganas estaban todas acabada”, relata José.