Desde los cuentos de la infancia nos programaron para esperar
que el matrimonio marcara, con toda seguridad, el comienzo
de nuestra felicidad: Se casaron y fueron felices durante
largos años . Ese es el ideal. No obstante, la realidad de hoy
en día, y desde hace mucho tiempo, es otra. por duro que sea
aceptarlo, millones de personas se casan y sufren hasta un
nivel irracional e injustificable. La separación es para ellas una
necesidad imperiosa, una condición de supervivencia y salud
mental. Pero casi nadie se atreve a decirles que, solamente
después de separarse, podrán ser felices, si se lo proponen.
Por el contrario, la particularidad de ser separado pesa sobre
las personas como la rúbrica de un fracaso del que difícilmente
pueden llegar a recuperarse. En ciertos casos, por efecto de la
profecía autocumplida , está tan prevista la desdicha, que
hacen todo lo posible para ser desventuradas. ¿Por qué
protesto enérgicamente si sabemos que mucha gente es
feliz, por fin, despues de dar por terminada su relación de
mutilación reciproca.
que el matrimonio marcara, con toda seguridad, el comienzo
de nuestra felicidad: Se casaron y fueron felices durante
largos años . Ese es el ideal. No obstante, la realidad de hoy
en día, y desde hace mucho tiempo, es otra. por duro que sea
aceptarlo, millones de personas se casan y sufren hasta un
nivel irracional e injustificable. La separación es para ellas una
necesidad imperiosa, una condición de supervivencia y salud
mental. Pero casi nadie se atreve a decirles que, solamente
después de separarse, podrán ser felices, si se lo proponen.
Por el contrario, la particularidad de ser separado pesa sobre
las personas como la rúbrica de un fracaso del que difícilmente
pueden llegar a recuperarse. En ciertos casos, por efecto de la
profecía autocumplida , está tan prevista la desdicha, que
hacen todo lo posible para ser desventuradas. ¿Por qué
protesto enérgicamente si sabemos que mucha gente es
feliz, por fin, despues de dar por terminada su relación de
mutilación reciproca.