Una oscuridad inquietante, una penumbra suave y aterciopelada. Magia, en el aire, en la más cruda realidad, en las palabras. Intranquilidad, ternura, reverencia, temor, maravilla, deseo, zozobra. Excitación convertida en horror, horror excitante, culpabilidad, desconcierto.
Cuando no eres capaz de discernir lo que sientes, quizá es que lo estés sintiendo todo. Y cuando alguien es capaz de hacerte sentirlo todo, de enmarañar tus pensamientos y desequilibrar tu química interna hasta ponerte enfermo, vivo, eufórico, nervioso, apesadumbrado, sin dejarte al mismo tiempo distinguir una sensación de la otra, un pensamiento del que lo acompaña, un sentimiento del siguiente… eso es amor.
El amor de Juan José Hidalgo Díaz por lo macabro y lo romántico se ve reflejado en cada uno de los once relatos que forma Sepia de Escarlata Mancillado.
Cuando no eres capaz de discernir lo que sientes, quizá es que lo estés sintiendo todo. Y cuando alguien es capaz de hacerte sentirlo todo, de enmarañar tus pensamientos y desequilibrar tu química interna hasta ponerte enfermo, vivo, eufórico, nervioso, apesadumbrado, sin dejarte al mismo tiempo distinguir una sensación de la otra, un pensamiento del que lo acompaña, un sentimiento del siguiente… eso es amor.
El amor de Juan José Hidalgo Díaz por lo macabro y lo romántico se ve reflejado en cada uno de los once relatos que forma Sepia de Escarlata Mancillado.