"La mayoría de los mineros, como su viejo, viene para quedarse aquí, entre los cerros, la tierra y las piedras, donde no crece ni un yuyito para alegrar la vista y el alma. Quizas por eso los gringos pintan los edificios de colores tan fuertes, para que a uno no se le pegue en la retina, para siempre, ese color entre cobrizo y grisáceo de la tierra yesca".
Ambientada en Sewell, campamento minero enclavado en la Cordillera de los Andes, esta novela nos muestra la forma de vida, las costumbres y las situaciones históricas y políticas de los trabajadores del cobre, de sus familias, y de los norteamericanos que llegaron a administrar uno de los minerales más ricos de Chile.
Julio, el protagonista, es un joven dirigente sindical que lucha por los derechos de los obreros. Con la misma pasión con que manifiesta sus ideales, se enamora de Berta, la hija de un minero escéptico, que ya no tiene fe en el futuro. Juntos deben enfrentar primero la segregación, la falta de libertad y las normas de vida impuestas por los norteamericanos a los habitantes del campamento y luego los cambios sociales y políticos durante las etapas de chilenización y nacionalización del cobre.
Con una atractiva forma de narración, la autora logra una novela llena de realismo y sentimientos, en la que conviven el amor y el desencuentro, la lucha y la esperanza, plasmando lo estético con la búsqueda de las raíces de una ciudad que hoy es Patrimonio de la Humanidad.
Ambientada en Sewell, campamento minero enclavado en la Cordillera de los Andes, esta novela nos muestra la forma de vida, las costumbres y las situaciones históricas y políticas de los trabajadores del cobre, de sus familias, y de los norteamericanos que llegaron a administrar uno de los minerales más ricos de Chile.
Julio, el protagonista, es un joven dirigente sindical que lucha por los derechos de los obreros. Con la misma pasión con que manifiesta sus ideales, se enamora de Berta, la hija de un minero escéptico, que ya no tiene fe en el futuro. Juntos deben enfrentar primero la segregación, la falta de libertad y las normas de vida impuestas por los norteamericanos a los habitantes del campamento y luego los cambios sociales y políticos durante las etapas de chilenización y nacionalización del cobre.
Con una atractiva forma de narración, la autora logra una novela llena de realismo y sentimientos, en la que conviven el amor y el desencuentro, la lucha y la esperanza, plasmando lo estético con la búsqueda de las raíces de una ciudad que hoy es Patrimonio de la Humanidad.