María, la hermana de Lázaro, cuando su hermano ya estaba muerto y sepultado desde hace cuatro días, vio llegar a Jesús y postrada a sus pies lloró... pensamos que algo así le dijo: “Yo sabía que si tu hubieras llegado, mi hermano estaría bien. Yo confiaba en que tú llegarías, pero ¿sabes qué Señor? Me rindo a tus pies... pero lloro por el dolor que me causa el saber que tú no llegaste y me duele pensar en que no estabas aquí cuando te necesité y te esperé tanto tiempo... Sabía que vendrías, pero ahora es tarde.” Y Jesús lloró...
Este escrito es para aquellos que en medio de una situación difícil, pueden creer que a su tiempo verán la gloria de Dios. Personas valientes que pueden soportar el dolor de ver que algo en su vida está enfermo, se está muriendo. Y aparentemente la respuesta a las oraciones no llega. Pero esa situación difícil tiene un propósito más allá de lo que podemos entender: ¡Que el hijo de Dios sea glorificado!
Este escrito es para aquellos que en medio de una situación difícil, pueden creer que a su tiempo verán la gloria de Dios. Personas valientes que pueden soportar el dolor de ver que algo en su vida está enfermo, se está muriendo. Y aparentemente la respuesta a las oraciones no llega. Pero esa situación difícil tiene un propósito más allá de lo que podemos entender: ¡Que el hijo de Dios sea glorificado!