Un escritor prometedor, a quien hace poco extirparon un tumor de la cabeza, ya no puede escribir; un hombre enamorado no logra seducir a quien debería ser su mujer; un hombre del subsuelo que se arrastra por la noche madrileña, rica en drogas y en podredumbre, comete, él así lo cree, una estúpida violación.
Siberia es una región inmensa y alejada de las costas, una tierra de destierro y de condena. El protagonista de la novela vive en Madrid su Siberia personal, un territorio del que intentará, acaso en vano, escapar a toda costa.
«Un escritor y uno que escribe tienen demasiadas cosas en común. Ese corte invisible que separa la mierda de lo que van a leerse varias generaciones se llama talento. Talento: una pestaña caída en la mejilla de uno que a otro siempre se le mete en el ojo. Por eso los que escriben leen a los genios y desean más que ninguna otra cosa imitarlos… Piensan que a escribir se aprende», Juan Soto Ivars, Siberia.
«Y Jonás está escribiendo. Siberia penetra en sus huesos, adentro, incolora, como el cáncer. Ésta es la sexta diferencia entre el escritor y el que escribe: el escritor da de beber a la palabra la sangre de su propia herida», Juan Soto Ivars, Siberia.
Siberia es una región inmensa y alejada de las costas, una tierra de destierro y de condena. El protagonista de la novela vive en Madrid su Siberia personal, un territorio del que intentará, acaso en vano, escapar a toda costa.
«Un escritor y uno que escribe tienen demasiadas cosas en común. Ese corte invisible que separa la mierda de lo que van a leerse varias generaciones se llama talento. Talento: una pestaña caída en la mejilla de uno que a otro siempre se le mete en el ojo. Por eso los que escriben leen a los genios y desean más que ninguna otra cosa imitarlos… Piensan que a escribir se aprende», Juan Soto Ivars, Siberia.
«Y Jonás está escribiendo. Siberia penetra en sus huesos, adentro, incolora, como el cáncer. Ésta es la sexta diferencia entre el escritor y el que escribe: el escritor da de beber a la palabra la sangre de su propia herida», Juan Soto Ivars, Siberia.