Mi abuelo, el capitán republicano Rafael Fernández, murió fusilado por el régimen en el año 1941, a la edad de veintiséis años.
Han pasado ya ochenta años del inicio de nuestra guerra y, hasta ahora, los jóvenes como él solo han sido un nombre en una lista; unos huesos en una fosa. Es hora ya de explicar quiénes fueron y por qué lucharon.
Esta es una novela donde, siguiendo el hilo de la vida y las andanzas de mi abuelo, repaso algunos episodios históricos de España durante la Segunda República y la guerra.
Durante años, en mi familia, solo hablaron de él en voz baja, cuchicheando historias, comentando fotografías, releyendo cartas escritas desde la prisión. Con estos testimonios familiares he tejido la historia personal y, enlazada con ella, la historia reciente de nuestro país.
El protagonista no es tan solo Rafael Fernández; son todos los hombres y las mujeres de su generación que murieron víctimas de aquella guerra genocida.
Han pasado ya ochenta años del inicio de nuestra guerra y, hasta ahora, los jóvenes como él solo han sido un nombre en una lista; unos huesos en una fosa. Es hora ya de explicar quiénes fueron y por qué lucharon.
Esta es una novela donde, siguiendo el hilo de la vida y las andanzas de mi abuelo, repaso algunos episodios históricos de España durante la Segunda República y la guerra.
Durante años, en mi familia, solo hablaron de él en voz baja, cuchicheando historias, comentando fotografías, releyendo cartas escritas desde la prisión. Con estos testimonios familiares he tejido la historia personal y, enlazada con ella, la historia reciente de nuestro país.
El protagonista no es tan solo Rafael Fernández; son todos los hombres y las mujeres de su generación que murieron víctimas de aquella guerra genocida.